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Cien años de encierro en Valleperro.


Cien años de encierro en Valleperro.
A lo largo de 100 años, casi todo el mundo había intentado huir de Valleperro al experimentar una terrible sensación de encierro y pesares del lugar.
Pero Valleperro, rodeada de montañas y desesperanza, se resistía como una blasfemia en la boca a ser abandonada por esas fiebres cercanas al delirio. Se sembraron de piedras y polvo las calzadas romanas y moras, más tarde, se opusieron las fuerzas vivas del valle de forma firme a la llegada del ferrocarril, ya que representaban una amenaza liberal en un valle de arraigadas costumbres caciquiles y becerriles.
El cacique en persona, encarnado en la figura del mayor empresario del lugar, Don Pío Segundo, máximo garante de proporcionar seguridad, trabajo y comodidades a sus vecinos, salió al balcón del Ayuntamiento de Valleperro a mediados del siglo XX para hablarles como un padre, que es lo que era para sus vecinos.

EL ferrocarril hijos míos, no traerá nada bueno , y me costará mucho dinero.
¿Y que será de vosotros si me arruino?
La gente de Valleperro comprendió que tenía razón el cacique, y le dieron doce bastonazos en la plaza publica a un visionario venido de la capital , y que se había asentado en valleperro para dedicarse la estudio de las cuevas sin salida del lugar. Éste personaje venido de la capital  se hacía llamar San Antonio, lo  que le reportó varias enemistades. Pues San Antonio era un santo muy venerado en el valle. Fue éste visionario el que les había dicho a los lugareños que sería bueno para ellos tener ferrocarril, porque había visto mucho mundo al ser de capital y decía que en todos los sitios que había visto con ferrocarril las comunidades progresaban. Meses antes, el mismo San Antonio, el visionario, fue el que les dijo a sus vecinos que sería bueno para ellos explorar varias cuevas subterráneas de las que salía agua, porque esto era cosa curiosa de la que sacarían dinero en un futuro no muy lejano, pues atraería el turismo,si llegaba el ferrocarril. Varios emprendedores de la zona le hicieron caso a sus desvarios costándoles la vida.
Sin embargo fue hablar Don Pío Segundo y terminarse toda aquella locura del transporte.

Don Pío Segundo, al igual que su padre Don Pío Primero, y su hijo, al que enseñaba para continuarle en el puesto, Don Pío Tercero el niño, fue un hombre como hemos dicho preocupado y desvivido en todo lo tocante al desarrollo de su comunidad, y fue el responsable de que no hubiera ferrocarril en ese lugar gracias a Dios.


Desgraciadamente , la rueda del progreso aplastaba todas las resistencias humanas , y ni siquiera Don Pío Segundo, ni Don Pío Tercero años después, pese a su sabiduría y poder , podrían frenar los acontecimientos.
El progreso llegó a valleperro en forma de transporte a gasóleo a principios del siglo XX , en propia existencia de los tres Don Píos, que silenciaron su llegada con resignación estoica.
Eso si, como juraron, nunca subió ningún Don Pío, al transporte publico, medio de masas.

Dos pequeños Pegasos aparecieron en la plaza del mercado de Valleperro ante el asombro de éstas tranquilas gentes dedicadas a la fabricación de aspardenyes.
El Pegaso Uno tronaba como un tormenta sideral cargado de alegres viejas enlutadas del cercano pueblo de PerraVieja que regresaban a su pueblo con cestas de mimbre cargadas de aspardenyes.
Las ruedas de rayos del Pegaso Uno trotaban entre cánticos y risitas de las mujeres viendo por la ventana a los hombres montados en sus carros que dejaban asombrosamente atrás a velocidad de vertigo, unos 50 kilómetros hora.
Si amigos, el mundo empezaba a acelerarse peligrosamente en aquella época, y nadie o casi nadie era consciente.
El Pegaso Dos tenía una gran misión encomendada. La llevada de estudiantes de Valleperro a la facultad de derechos y económicas de Villaprogreso Ciudad. Realizaba dos veces al día esta ruta entre esplendorosos naranjos, y un laberinto moruno de cantarinas acequias que no paraban de circular somnolientas entre cañas y barro, mientras hombres famélicos y anémicos no osaban levantar la cabeza de la tierra, afanándose encorvados como fieras a recoger hierbas.
La mirada de los estudiantes ante el panorama de grandeza de valleperro, del que se sentían francamente orgullosos, y ponían de ejemplo en las tertulias literarias de la Universidad al hablar a sus compañeros de la ciudad sobre la armonía social y la sabiduría de un pueblo como el suyo, frente al caos de costumbres y revueltas de la ciudad. Sin que claro, esto alterara sus ambiciones personales, ni les inhibiera de disfrutar de los burdeles para gente de dinero donde las terciarias estaban libres de sífilis.

El tiempo en esta sociedad armoniosa y silenciosa encajonada entre el valle fue transcurriendo limpiamente, como cuando se abre una ventana que airea la vivienda.
Cien años no fue nada, y no pasó mucho en el lugar.
Murieron los Don Pío Primero, Segundo y Tercero, y siguieron mandando el Cuarto, y Quinto. San Antonio el visionario , no tuvo descendencia, y murió como un mártir en la puerta del campanario. Nadie más quiso seguir su estela explorando cuevas, ni hablando del ferrocarril.
Los dos Pegasos fueron vendidos a un chatarrero gitano que los llevo al reino de Marruecos donde nunca más volvió.
Quedó de los Pegasos su recuerdo como símbolo del progreso, y cien años después se recordó todo esto en un libro oficial que se leyó en el Palacio de los Marqueses ante todo el pueblo.

 

 

 

 

Escrito el 8 agosto 2014. Ese día perdí junto con varias personas el Bus por no entender los horarios.


I.Fenomenología de Avsa al autoconocimiento de viajeros/horarios.

No teniendo cuatro camellos que los lleven al hospital, ni a castellón, los viajeros de la línea Vall
d´Uixó- hospital-castellón, la mayoría ancianos y mujeres, están detenidos en el anden de la estación contemplando el letrero del horario con crispación.
A trompicones, escasa velocidad, balanceándose a un lado y otro, llega galgueando el autobús de la línea Xilxes-Vall D´Uixó.
Y alrededor de la ventanilla del conductor, convertido en patrimonio de la autoconciencia y del gay saber de lo que universalmente deberían comprender los viajeros ,se agolpan buscando una explicación los viajeros de la línea Vall d´Uixó-hospital-castellón, blandiendo con indignación el horario el transporte y reclamando el porqué todavía no ha pasado el autobús anunciado en el tablón.


El conductor de la línea Xilxes-Vall d´Uixó, un arquetipo ibérico de estudios antiguos. De cuando los monos iban cara al sol cantando a su camisa limpia. La misma que lleva impoluta el conductor con las letras escritas de Avsa, que es convertido por los usuarios en una rápida evolución, mucho más que los autobuses avsa, en icono de la ciencia y la fenomenología poco antes de cerrar la ventanilla donde los ignorantes se han agolpado para escuchar una explicación que ha terminado antes de empezar, con la colocación de la marcha atrás del autobús.
Pertinente es anotar al lector la explicación textual todo reflexiva del chófer antes de irse tras llegar y descargar viajeros.
-!Y a mi que me dicen coño!
Lean, lean bien los horarios :
días especiales.
Y los viajeros desasosegados, entre el estrés y la desesperación, con todo fiado en esos instantes a la llegada del autobús y la comprensión de días especiales. No habiendo nada ya más importante para ellos en sus vidas detenidas en la estación que la llegada de ese autobús . Ni la muerte de la madre de uno de los viajeros dos días antes, tenía la más mínima transcendencia en esos angustiosos momentos de espera. Para estos desgraciados, lo importante era comprender y resolver el misterio de los días especiales, a los que apuntaba como misteriosa solución de sus males el conductor de la línea Xilxes- Vall d´Uixó, que se había evaporado.
Releyendo el tablón anunciador de los horarios, cada viajero iba dando su opinión de los días especiales.
Para uno que era marxista el 1 de Mayo dijo que era un día especial, y el resto se rió mucho al recordar los últimos 1 de mayo, y el marxista se puso rojo de verdad.
Para un católico el día del Papa- dijo que era un día especial. Luego los viajeros se enteraron que iba a castellón de putas, y mucho se rieron de él ,y este se hacia cruces sobre el pecho y pedía perdón a sus hermanos viajeros.
Más tarde, alguien llegó con la verdad absoluta de que era un día especial, la solución la daba la empresa Avsa al final del horario, a modo de clausula que nadie nunca leía.
Días especiales de Avsa:
Días especiales son:

 

 

Puentes festivos, fiestas de Magdalena, Pascua y en horario laborable los días de verano.
Los viajeros se quedaron perplejos, según el calendario era verano, jueves 7 de Agosto, así que dedujeron que ese día, era por tanto un día especial.
-!Que tontos hemos sido!- exclamo una señora que acaba de perder el tren a Barcelona al no llegar a la estación a tiempo.
II.
En el jardín de anden de la estación de autobuses está mi memoria frenada al movimiento entre dos palmeras metidas en maceteros. Los horarios de judíos: han recortado con el canto de un euro las saetas del reloj robando una hora al día entre las 7 y las 20:00 para que suba la flecha de la gráfica de beneficios. Sino solo esto fuera suficiente para llenar de espanto, hay que añadir que Avsa exprime con gran provecho unas cafeteras rodantes que no dan ni 10 metros sin que el chófer se tenga que bajar a comprobar la presión de las ruedas, o poner nuevo alambre a los faros y guardabarros. Dentro del autobús te dejan comer las setas y champiñones que crecen en los asientos y utilizar los orinales dispuesto para en caso de lluvia recoger las gotas que caen del techo. Por las ventanas puedes ver un paisaje verde, que no se corresponde al exterior donde discurren los campos interminables de naranjos, si no que son moho y helechos.
Escrito 14 de abril 2015.

¿ quién puede matar a un chófer de autobús por fumar ?


¿ Existe un sentimiento más acusado de temor ante la autoridad que cuando alguien vive en una sociedad vigilada?
Solo así se puede explicar los pensamientos de un estudiante de la universidad de ciencias políticas de matar a un chófer de autobús que cubre la línea vall uixó- castellón el día de14 de Abril de año 2015.

Alexis Chipras, un joven griego acogido en el programa de intercambio de estudiantes de eramus en la facultad de políticas de castellón acaba de salir de la biblioteca de la Universidad Jaime Primero sin darse cuenta de que había olvidado algo muy importante, vital para su seguridad y libertad. SU cabeza hervía con vídeos de palizas y detenciones de la policía nacional española a gente que se manifestaba, ya no por pan para comer, si no por las migas que sobraban en los restaurantes de lujo. Alexis. Había leído muchos recortes en la prensa social hablando del menosprecio de la raza española a la dignidad humana hacia sus propios vecinos. Contemplaba, sintiéndose desnudo y observado las cámaras de vigilancia de las farolas mientras caminaba hasta la estación de autobuses para coger el autobús de vall d”Uixó para reunirse con una persona represaliada y enviar la noticia a Atenas.
Al llegar a la estación de autobuses de castellón, Alexis, fatigado por el paseo, con nauseas de recordar un vídeo donde dos policías nacionales que no se ponían de acuerdo entre si tiraban de un detenido negro indocumentado cada uno de un lado desencajandoles los brazos, se sentó en un banco del anden cuatro, frente al autobús que iba a vall d”uixó y estaba parado con el chófer adormilado cómo un busto de buda dentro del autobús convertido en templo con las puertas cerradas. Miró el horario de autobuses y el reloj, quedaban 10 minutos para que arrancará.
El chófer del autobús, un hombre medio calvo, con gafas, alto y gordo… de repente abrió los ojos. bajo del vehículo con un trozo de bocadillo y empezó a engullirlo de pie, lentamente, con gusto, prácticamente oculto tras la puerta del conductor. A través de la ventana que le llevaba hasta los labios, se le veía asomar su gruesa cabeza y su mandíbula devorando el bocadillo de atún con olivas.
La puerta por donde suben los pasajeros permanecía cerrada.
Llegó un furgón de la policía nacional. Varios agentes desembarcaron y empezaron a posicionarse alrededor de la estación de forma militar. Tenían el perímetro controlado. Nadie podía salir ni entrar sin ser visto por ellos.
Alexis chipras notó cómo su corazón empezaba a golpearle. EL primero en ser interrogado fue un joven vestido con una camiseta de Iron Maiden del anden 8, línea castellón Vinaroz. Alexis sabía que irían bajando poco a poco hasta llegar a almenara que era la última línea. Al chico de la camiseta de Iron Maiden le hicieron entregar su mochila y documentación.
Instintivamente Alexis abrió su cartera, buscó en ella, y se sobresaltó.
EL pasaporte.
recordando, opinó que se lo había dejado en el mostrador de la biblioteca.

 

El móvil sonó:
¿Señor Alexis chipras?
SI-
Soy de la biblioteca de la universidad, no se inquiete. EL motivo de esta llamada es que se ha dejado usted el pasaporte.
¿ Vendrá a recogerlo?
Alexis , con temor a que cualquier movimiento de levantarse le delatara y le hiciera caer en manos de la policía, contestó que iría al día siguiente, esperando que el chófer abriera el autobús y poder meterse dentro para ocultarse.
El chófer ,una vez se comió el bocadillo, volvió a subir cerrando las puertas. quedaban todavía 6 minutos.
La policia nacional ahora estaba pidiendo la documentación de varios rastafaris en el anden 7. Linea Castellón Benicassim.
Uno de los policías nacionales miró el horizonte y el reloj.
Alexis tembló. era cuestión de minutos acabar en comisaria toda la tarde y sin comer.
El conductor del autobús contemplaba a Alexis a través del parabrisas. Estaban ambos frente a frente, separados por un metro de distancia.
Cómo un gato el chófer se de desperezó, y cómo un perro dio varias vueltas sobre su asiento buscando una posición cómoda que no encontró. volvió a bajar por su puerta.
Alexis chipras, dentro de si suplicaba telepaticámente al conductor del autobús observando cómo la policía nacional avanzaba.
Estaban ya en el anden 6. Linea castellón- Borriol.
Hijo puta cabrón,
abre ya la puerta,
no quiero acabar en comisaria toda la tarde hasta que se aclare mi identidad.
Venga cabronazo abre,
Abre, abre…

 

Oculto tras la puerta, miraba el chófer de vall d´Uixó el autobús que tenía paralelo, la línea Betxi-Onda. Su conductor se desperezaba estirando los brazos, bostezando con la boca abierta y finalmente haciendo unos gorgoritos y escupiendo por la ventana con tal acierto que salpicó a una paloma en la cabeza que echo a volar ofendida en su orgullo mientras se descojonaba el muy cabronazo del conductor.
Se giro y viendo tras la puerta de su autobús a su compañero mirándole a él o la nada.
le preguntó ocioso:
¿ Qué te parece el tiro?
Bueno- contesto- ¿ A qué no sabes que cene anoche?
¿ Qué?
Hinojos con tocino, pero tocino del viejo, añejo, de albacete que me trajo la chiquilla, y no me empaché.
¿ Que son hinojos?- pregunto el chófer de la línea de Betxi onda.
Unos hierbajos. en casa a mis hijos no les gusta, cha, pero a mi mujer nos pirran, nos ponemos hasta el kiko, sobre todo con tocino del viejo y del pueblo. tocino de verdad, de una mujer que cría cerdos en albacete, y ella misma fabrica los tocinos. ¿sabes? cosa buena, buena de buena. buena.
-¿ Documentación por favor?-
en el anden 5, castellón burriana la policía nacional estaba ya pidiendo la documentación a una mujer musulmana.
Alexis chipra sobresaltado al escuchar penetrar ya la voz de la policía nacional entre las ondas terciadas de la conversación del chófer que seguía con horror, y sin salir de su asombro, miraba el reloj. Colocó las manos en la cabeza, en silencio maldiciendo  al conductor.
Abre hijo puta, cabrón , tú y el puto hinojo de los cojones, desgraciado abre la puta puerta y déjanos subir cabronazo.

 

 

El conductor debió pensar que alguien se acordaba de él, porqué miro el reloj y a la gente que esperaba aburrida esperando para subir al autobús, un hombre con los ojos saltones parecido a Mister Bin, una vieja de pelo blanco, Alexis, y una chica con pinta de estudiante de peluquería.
quedaban dos minutos minutos ,y el chófer encendió un cigarro que le sabia a gloria, pues soltaba bocanadas de humo muy satisfecho.
Se escuchaban los pinganillos de la policía nacional con datos personales de la gente que estaban investigando.
De la vieja iglesia que hay detrás de la estación de autobuses surgió un golpe de campana indicando la Una en punto.
El chófer, lento y perezoso, sin despedirse de su compañero de trabajo lazó un pequeño salto para un gran gordo pese a todo el hinojo de que presumía comer.
Las poleas chirriando, un chasquido de aire a presión cómo la fuga de un globo precedió el abrirse la puerta del autobús. Alexis calculó el salto para ser el primero.
Tenía a un policía nacional a su espalda que estaba a punto de llamarlo, cuando una mujer resbalo por la rampa. Eso hizo que el policía girara ante ese estimulo auditivo de forma instintiva la cabeza.
Alexis, sin ver la secuencia lo veía todo y actuaba de forma automática, aprovecho para saltar dejando el ticket en la mano del chófer que lo marco de forma inconsciente pasando Alexis al asiento de atrás con el corazón galopando a toda velocidad y sintiendo ganas de llorar.

 

Estamos aislados en Valleperro,
El que se queda aquí se acaba hundiendo.
Las puertas están cerradas.
Abre Hall.
Escrito el 3 de septiembre del 2015 .

Preludio de una nueva odisea.
Intro:


Escena I.
Las cámaras de un supermercado flotan sobre una vara de acero que lanza con el sol destellos que parecen la superficie de la luna. El pequeño motor realiza una maniobra de rotación y el zoom enfocan en la esquina derecha de sus puertas automáticas a un hombre negro joven y fuerte que acaba de acoplarse en la puerta , conforme se mueve la cámara se va retirando hasta la esquina quedando inmóvil.
Escena II.

El ojo rojo de vidrio frío monitoriza a este ser humano que ha sobrevivido a las caminatas de los camellos en el desierto, al ataque de chacales en las charcas donde bebían agua con barro con las manos, las incursiones nocturnas de búsqueda y captura de los tratantes de blancas y esclavos en las cuevas donde junto al fuego descansaban refugiados e inmigrantes en medio de la oscuridad de la noche y la nada del desierto que consiguió atravesar entre palizas, balas, para lanzarse pegado su cuerpo como si fuera una serpiente sobre un tronco hueco, remando con las manos, y sumergiendo su cabeza en muchas ocasiones bajo la espuma y salitre que amenazaba con hundir el pequeño tronco … hasta llegar a ese supermercado de vall´d uixó donde junto a la puerta queda convertido en una cucaracha. Mira a su alrededor desubicado. Observa perplejo a un pequeño paracaidista de plástico caer del cielo. Ha sido lanzado de un cuarto piso de la finca de enfrente cuyos ventanales más altos quedan bañados por el sol. La cabeza de un niño se asoma riendo asomado entretenido de como viaja el paracaidista dando vueltas lentamente hasta tocar el suelo con la cabeza hacia arriba cuando un perro suelto se lo lleva en la boca y el niño sufre un ataque de ansiedad. En su rincón convertido una estatua de carne negra, las cámaras ven como saca un plato con dudas. Parece balbucear algunas palabras incomprensibles que se le atragantan. Con ellas no consigue expresar el sufrimiento personal en que se encuentra a la gente que parece surgir a su alrededor de todas partes atraídas por una llamada.
Escena III.

 

Las cámaras vuelven a orbitar, giran 180 grados hacia unos vehículos motorizados que hacen su incursión en el parking. Aparece un grupo de seres humanos en moto que llevan cascos sobre sus cabezas. Otros seres al salir del coche empujan grandes carros metálicos de la compra cuyas pequeñas ruedas chirrían mientas conducen estos artefactos en absoluto silencio. Parecen flotar por el parking sus pies con la mirada perdida  bajo gafas de sol. les salen cables de los oídos conectados a los dispositivos móviles que cuelgan de una correa del cuello. Siguen la llamada del supermercado que los va guiando. Las puertas, cuando detectan su presencia se abren súbitamente. Dentro suena un vals de strauss anunciando las ofertas que armonizan con la demanda. El ajetreo dentro y fuera es incesante. Con cada minuto que pasa  el parking se va llenado de nuevos vehículos.
Escena IV.

 


Un pequeño grupo de argonautas a la salida reparan en ese hombre de la esquina convertido en símbolo del error, de lo primitivo, del yo inferior. Observan su rostro divertidos ante la vergüenza que siente este hombre. Su mirada y postura de ser arrinconado expresa toda la humillación que está padeciendo. Él no consigue tener un lenguaje propio que pueda explicar su metamorfosis de hombre valiente, fuerte: a débil. Su posición sirve para escuchar a un miembro de este grupo que lo acaba de elegir  para hacer un comentario moralista donde confunde la circunstancia de estar en esa esquina con la causa que lo provoca.
el humano arrinconado sujeta el plato que vibra formando su figura un monolito de carne negro. Solo sus ojos fuera de sus órbitas parecen darle vida, y el ritmo los latidos de las venas de su cuello apunto de reventar ante los argonautas. El resto de su ser está apagado y  pegado a la pared como un caracol junto a la puerta que vuelve a abrirse dejando pasar varios carros de la compra que penetran por la sección de cosmética.
Lo abandonan  entre risas subiendo a sus BMWs quedando él atrás en el retrovisor  con el plato entre sus manos mientras una explosión interna quema su alma cuando a su rincón llegan dos personas espirituales llenas de amor que le dan varios céntimos y creen que tienen ante ellos a Jesucristo. Le dicen que él puede servir para crear el reino de Dios en la tierra y le dan ánimos, un abrazo y se quedan junto a él cinco minutos tocando la flauta.
Escena V.

 


Aparece en escena un humano harapiento sin ningún interés en las ofertas del supermercado, ni en la felicidad que prometen a quién entre en sus amplias salas. Su presencia llama la atención de las cámaras. La luz roja de seguridad se enciende parpadeando.
Un rebaño de viejas, gordos, y subnormales que entran y salen del supermercado al ver a  estos dos sujetos que forman un contrapunto al plano moral de la escena se alarman mostrando  sus bocas abiertas . Los oídos les pitan cuando el nuevo harapiento les dice.
! que mal olor desprendéis hipócritas degenerados de moral burguesa!
Cerdos fascistas.
Los clientes salen filmados en  la escena por las cámaras  con las manos en los oídos.
Formáis un rebaño insoportable- prosigue el harapiento-
el harapiento, un hombre de raza  blanca traviesa el monolito negro, las puertas se abren y se mete en la sección de ropa y sale con un traje de caballero
Pese a su nueva apariencia  que tranquiliza a todos los visitantes del supermercado, siente una profunda angustia nacida de la tragedia de todas las personas  metidas en ese lugar que se someten a un  lenguaje inventado, que no les es propio si no creado por otros.
Consignas, eslóganes, símbolos estúpidos que suenan en ese extraño lugar con forma de pirámide capitalista.
Escena VI.

 

Con el cambio de música a pop tiene lugar una extraña representación. El caballero parece enloquecido  mirando  en la sección de tecnología. observa  la cantidad de tonterías que se han inventado últimamente.
!Asombroso!- Exclama
una muchacha vestida de hombre , con americana amarilla, se aproxima al escuchar esto  hacia él sonriendo, y le pregunta:
¿ Puedo ayudarle en algo caballero?
Si , desaparece de mi vista-  le contesta
ella obedece sin dejar de sonreír recordando las ofertas:
Sus deseos son ordenes, desaparezco, pero recuerde, que con una televisión de plasma como la que tiene a su lado se lleva una mochila nevera. Qué pase un día feliz entre nuestras sugerentes ofertas.
El caballero se dispone a escapar cuando tropieza con un chico con gafas y granos
Un dos por uno en calzado caballero- ofrece sonriendo.
No- responde casi llorando mientras intenta huir
Dos chicas vestidas de cerveza se acercan a un pasillo sin salida con sus pompones, y se empeñan en ponerle un venda en los ojos y que beba de dos orinales llenos de cerveza y diga cual es mejor.
Logra escapar escupiéndoles la cerveza en la cara mientras empiezan a discutir  entre ellas si es amstel o turia.
Escena VII.


Las cámaras filman al hombre disfrazado de caballero y al negro estrechándose las manos, quedando como un enigma está conducta para las cámaras. Desde los monitores siguen la escena en silencio unas persona sentadas frente a ordenadores, cámaras, teléfonos. Observan sin llegar a comprender lo que puede significar que unan las manos.
Escena IX.


Durante seis meses se siguen produciendo las mismas IV primeras escenas. Las cámaras están acostumbradas a ver en ese rincón donde el sol solo brilla hasta las 10 de la mañana al muchacho. cada día su rostro parece de más perdido, más cansado.
Al cabo de seis meses desaparece.
Escena X.


El plato aparece en el suelo del supermercado chafando un papel
Nunca más volveré a vall d´Uixó. Ni nunca más volveré a sujetar un plato  para pedir.
La odisea continúa en Glasglow .
La mano del harapiento levanta el plato y lo recoge sonriendo a la cámara.
Angelillo de Uixó. basado en hechos reales. Suerte compañero. gracias por invitarme a Glasgow, cuando puede subir iré.

 

Angelillo de Uixó.