Seguro piensas,
mujer con mirada de abismo,
y pupilas cansadas
que la tierra que pisas
esta hueca,
que el cielo te mira furioso,
y que la tarde sólo disfraza su belleza,
te pesa el corazón,
te pesa la carne,
te pesan los sesos
miras recelosa
el sendero nuevo,
tienes alacranes en el alma,
tienes telarañas púrpuras,
tus águilas se han escapado de tu interior,
lo mismo que el verdor de tu alma,
buscas nuevos océanos,
nuevos horizontes,
pero no divisas más que desolación,
torretas quebradas,
fuegos que enloquecen,
marineros que visten de negro siniestro,
ebrios guiando ciegos,
esperanzas que se volvieron locas
y se sembraron en desiertos,
no te niegas ningún dolor,
estas cuerda,
y tranquila
firme como una hoja de acero,
fundida en un fuego fuerte pero benigno,
llega la noche y te duermes serena
como estatua quebrada,
te levantas, tienes el alma triste,
pero el corazón fuerte.