Construimos muros que parecen insalvables, altos, sólidos,
llenos de obstáculos, uno a uno se coloca los ladrillos que no
solo separa seres, fractura almas que no dejan de padecer, que
no dejan de pensar, que no dejan de amar.
Uno a uno los ladrillos, con sellos de lamento, se van apilando
con argamasa compuesta de sentimientos, emociones y
sensaciones, a veces, mezclada con sangre y lagrimas que nacen
de la pasión desbordada y que es apagada por la incomprensión
de mentes obtusas.
Cada ladrillo es un pedazo de corazón, que late
imperceptiblemente a los ojos de los insensibles, pero que al
paso del tiempo evidencia deterioros profundos que solo una
sonrisa sincera podría restituir la alegría perdida.
Uno a uno se colocan los ladrillos, crece el muro y con el, las
decepciones mas dolorosas que ser alguno podría imaginar,
decepciones que dejan marcas que ningún amor nuevo podrá
borrar y así, aprender a vivir amando al ser que no esta.
Construimos muros tan altos, sólidos y nefastos, que sin darnos
cuenta, quedamos atrapados en ellos.
Uno a uno se coloca los ladrillos, crece el muro y a la vez, crece
el destierro del sentimiento más hermoso.
Liberando batallas.. Reyshell Mendez