El brillo de lo hermoso
y la pura esencia
ante todo majestuoso
es motivo de decencia.
El secreto de lo innato
y el fervor de la inocencia
forma parte del encanto
de una noble apariencia.
El deseo de lo apacible
y el esplendor de la belleza
se motiva confiable
en el jardín de su riqueza.