Arde, imprecisa, en mi memoria
La evocación temprana de tu lozanía
Y tu imagen se desgrana incontenible
Y se diversifica en el resuello del viento
Postergo en los goznes el hastío del entendimiento,
Solo quiero ser lo que en aprehension puedo ser
Y mirarte así, liberada en la constelación.
Te desdoblas en Lluvia y me navegas inquieta
Tus ojos no se apresuran, la noche es un silencio plácido
Y los anhelos se mimetizan en las anclas
Se abre en este páramo un mundo subyacente y es suficiente pensarte incorpórea
mi alma ya te ama con tibieza imperceptible.