¡No, no me reproches,
porque te ofrezco amor!
Deja que el tiempo,
indiferente, me reprehenda,
en el amor que pasa,
que sólo se queda presente
en la memoria del dolor.
Hoy me marcho y me valoro,
más que cualquier tesoro,
porque siempre soy fiel
a lo que siento.
Un día, en mi camino,
me acordaré de ti,
¡seguro que más triste!
sólo porque me perdiste
¡y no porque yo te perdí!…