Si escribiéramos unos versos
y nuestro canto fuera leído…
¡cuántas manos se juntarían
porque comprenderían al corazón;
cuántos jóvenes lanzarían
al mundo una canción;
cuántas noches lucirían
sin las estrellas de la razón;
cuántos ojos se alumbrarían
sintiendo la ilusión!...
pero, ¡qué difícil es escribir un verso
cuando se tiene algo que decir!