Rebobinémos el tiempo para regresar a esos momentos cuando no juzgábamos el uno al otro, tampoco nos enfadábamos si uno no le quería hablar al otro simplemente porque no tenía ganas de hacerlo. Rebobinémos el tiempo para volver a ser felices de nuevo; sin sentimientos, sin remordimientos, sin darle importancia a nada menos nosotros mismos. Volvámonos a ser amigos para que renazca nuestro amor.