Si sospechas que me muero, por tus adarmes de amor,
Y en tu aturdido pensar, crees que estoy embelesado,
Ni me muero ni me aturdo, porque no encontré el calor,
Calor que solo he sentido con otras que yo he besado.
En este ignoto, triste y lerdo trote de la vida,
Jamás me aparco del rincón de la desesperación,
No me ofusco y busco encontrar la salida,
Que cure la herida de este sangrante corazón,
Y deja palpitar mis débiles pensamientos,
Que vuelen hasta el firmamento, para nunca caer,
Porque cavilando en ti mis temblores son violentos,
PORQUE NEGAR LA VERDAD, POR TI ME MUERO ¡MUJER!