Monroy Gemio Pedro

MADRID DE NOCHE

Madrid está dormido
y lo cruzo en silencio...
tengo miedo despertarlo
al roce de mis pasos lentos…
La iglesia eleva sus torres,
en la oquedad honda del cielo.
Pide limosna, lamentable...
un mendigante viejo y ciego
habla de Dios y dice ¡Hermanos!..
tiende al aire su sombrero.
La luz de un arco parpadea,
chocan sobre ella los insectos,
cambia a mis pasos la quebrada,
rara silueta de los techos.
Duerme un cansado caminante
en el dintel amplio del templo
y allí en la esquina, junto a un poste,
con gravedad se mea un perro.
ya la ciudad está dormida,
oigo el duro golpe de mis pasos lentos.
De estas almas que duermen,
¿cuál soñará lo que yo pienso?…
¿Acaso aquella, que esta tarde
sonrió a mi paso y me miró en silencio?...
En los siniestros hospitales,
se moverán insomnes los enfermos…
¿Quién llorará desconsoladamente?…
¿Quién se estará muriendo?
¿En cuántos labios juveniles
se contraerán frases y besos?
¡Cuántas mentiras adorables!
¡Qué desgraciados estarán naciendo!
Y ella en la muda alcoba blanca,
rosado y tibio su cuerpo
extenderá su cabellera
sobre las rosas flores de sus senos.
Y pasarán inexorables
horas y días, juventud y sueños.
Hoy es un buena noche para morir.
¡Qué solo debe estar el cementerio!
Ya la ciudad está dormida
y sólo cruza su silencio, el ruido que hace
el negro coche de los muertos…

P.M Pedro Monroy Gemio