Muchedumbres de mí
quisieron expresarse
correr, huir de los umbrales
desvanecerse imagen por imagen
para vivir sus propias soledades
y sin embargo convivimos
en este traje.
Desapegada, dulce, de piel salvaje
he vencido las emociones
que me derribaban cada mañana
con látigo en mano
las he domesticado
y hoy bebemos café en el mismo cuarto.