A este humilde gorrión de la pradera
que en nubes caprichosas de la aurora
vislumbra tu figura en primavera
sonriéndole a su alma a toda hora.
Deja en vuelo su estrella tempranera
que en ella, Soledad, tu piel de Flora
le niega lo imposible a la quimera
y sueña que en un beso, te enamora.