Subimos el mismo árbol
pero nos colgamos en ramas distintas
vamos por el mismo río
desembocando en diversos mares
bañando la tierra.
Volamos en el mismo cielo
aunque cogemos diferentes direcciones
(unos van al oeste, algunos por el sur
pierdanse en la lejanía del norte
otros estan quietos con sus alas en el este.)
Permitanme llamarle hermanos.
Ustedes hermanos
aran la tierra de las letras
con diccionarios,
siembran palabras
cosechan versos, poemas.
Ustedes colorean la melodía de los juglares
desangran al amor en un papel:
lo observan, lo desnudan, lo visten.
Ustedes hacen reír a la pluma
la hacen cantar, gritar y tambien llorar.
Bendita sea la tierra
donde serpentea
la nostalgia, la alegría, el dolor;
la tierra de sus pies.
Partidarios de la justicia
bendito sus gritos que se elevan
hasta los oídos de Dios,
buscadores de la luz.
Benditos sean sus dedos azules
que aventurean odiseas en noches hambrientas
bordeando siluetas de cuerpos desnudos.
Bendita sea la llama verde de sus dedos al escribir
el gris de su soledad.
Bendita sean sus vidas polícromas.
En un papel,
hoja inmortal de acero,
cosen miradas torcidas
derraman el agua de los cantaros
de sus vidas
petrifican historias, devaneos, sueños.
Dan vida al papel
la perfuman
con el vino de sus bocas
con el hedor de las heridas
con el aire y el mar,
la alumbran con luciérnagas
desencadenan deseos
La forran con suspiros
con la ponzoña de la humanidad
con cenizas del pasado.
Vive, en sus papeles, la Libertad.
Errantes vienen sus poemas a mis ojos
y se quedan en mi pecho
Ustedes cantan a sus musas
a la tristeza, a la espina del pecho
cantan a la rebeldía, a la gota de esperanza
al tiempo venidero...
hoy, yo, les canto a ustedes.
Hermanos mayores
poetas escondidos
sus caminos son tres o dos veces
más largos que el mío
y con mis otros hermanos
es paralelo el sendero.
Amigos:
estoy triste y cansado
permitanme rescostar el alma
en un rincón de sus poemas.