Para expresar lo que siento
quisiera tener coherencia,
pero no le da la ciencia
razones al sentimiento.
Veo en mis sueños vencidos
llenándome de amarguras,
que hay tantas almas oscuras,
como frutos florecidos.
Llevan los rostros altivos,
la mirada indiferente,
mas nunca miran de frente,
ni saben ser compasivos.
Su corazón es fecundo
y a las maldades se aferra,
feliz es si existe guerra,
con su crueldad en el mundo.
Vagan sin tener conciencia
de su rodar extraviado,
y niegan cual desquiciado,
la razón de su existencia.
Nunca verán de su boca
salir palabras de aliento,
maldicen los cuatro vientos,
los árboles y la roca.
De espinas son los labriegos
y siembran tribulaciones.
De la dicha son ladrones,
riéndose de los ruegos.
Desconocen las esperanzas
de las espigas del trigo.
Para su orgullo es castigo,
el entonar alabanzas.
Son hijos del ser divino
que alejados de las luces,
con sangre inocente, cruces,
van dejando en su camino.