Debieron ser mis hombros,
Que llevaran la cruz.
Y ser vituperado
En vez de mi Jesús.
Debieron ser mis manos
Debieron ser mis pies
Que sintieran los clavos
Traspasando mi piel.
La corona de espinas
Yo la debí llevar.
Y la sed que sentías
Yo la debí pasar
Los muchos latigazos
Que tu cuerpo sufrió
Yo debí recibirlos
Y sentir tu dolor.
Tú cargabas mis culpas
Tú no eras pecador
Entregaste tu vida
Por ser mi Salvador.
Todo cuanto sufriste
Yo lo debí sentir
Gracias porque lo hiciste
Por ti puedo vivir.