Te esperaré con ansías, en nuestras tardes secretas,
allá donde nuestro amor es excarcelado,
nuestras culpas de desearnos quedan absueltas,
nuestros temores a ser perseguidos quedan a un lado.
El mar dispuesto a arroparnos con su espuma,
las tardes mostrándonos su bello escenario,
ignorando lo que nos abruma,
libres de todo adversario.
El cielo admira nuestras travesuras,
las palmas refrescan el ardiente placer,
tardes secretas llenas de locura,
perfecto lugar para juntos envejecer.