Anoche tuve un pensamiento,
de que toda mi vida se iba a acabar.
Yo sigo en silencio, sigo callando,
que hasta pensé que tu me ibas a dejar.
Seguía en un desierto marino,
con peces y la mar,
la noche y la oscuridad.
Te oía bramar en mi lecho.
-Por favor, no me despiertes, déjame seguir llorando,
déjame seguir soñando,
que si he de morir, que sea en ti pensando.