Se hunden los corales de silencio
sin aire... se laceran de tristeza,
do yace... la aurora que se vence,
sino entre cielos...
bendecidos de miseria,
ya baja el lirio a la fontana
azorándose...
de espejo derramado,
do se posa la frágil...
fragancia de su mano,
sino en la gracia sublimada
de su herida,
la calle se entretiene...
de presente,
en piélago... de arena amordazada,
do se angustia... el pájaro de seda,
sino en el vuelo impresionable
de su llanto,
de pura rosa...
se hiere... el azul cerúleo,
entre voluptuosas gardenias
de yeso derramado,
do se encuentra...
el hueco sin retorno,
sino en la gracia desvestida
de su labio,
las yermas...
y vespertinas amapolas,
en los hornos de la tarde
se entretienen...
entre lánguidas rejas
de arado humedecido,
do se enlazan
los anárquicos silencios
de sus rimas,
sino en las exiguas
catedrales de su canto.
AUTOR: JOSÉ A. PANIAGUA MARTÍNEZ.
P.D: \" EN MEMORIA DE UN MARAVILLOSO POETA
CUBANO... SIEMPRE ANSIOSO DE LIBERTAD... \".