Nadie puede evitar su destino
porque es una fuerza que no se puede ver
y como es invisible, te acosa y te persigue
para lo que te asigna lo tengas que aceptar.
No importa que quieras evitarlo
o te desvíes de la ruta la cual él te trazó
porque en cualquier cruce del camino a donde vayas,
te dejará saber, que escaparte no podrás.
Es que muchas veces, el destino es cruel y despiadado
porque teje telarañas que enredan tu existir,
dejándote sin encontrar salida
para que nunca lo puedas evadir
porque lo que decide para tí en la vida
te pone trampas, hasta hacértelo cumplir.