Hugo Emilio Ocanto

\"Estás destruyendo tu vida\" -Monólogo- -Reeditado- -Autor e Intérprete: Hugo Emilio Ocanto- -GRABADO-

 

Tengo deudas.

Exorbitantes deudas.

¿Cómo pagarlas?

Me es imposible.

Me están extorsionando.

Si no las pago,

me prometieron

liquidar. Matar.

Matar...¡perros!...

Tenía razón mi madre.

\"Tan joven, y estás 

destruyendo tu vida\",

me decía...pobre 

vieja querida.

Si te hubiese hecho caso...

Pero ser jugador...

con el tiempo, es como

si enloquecieras...

porque pierdes, pierdes

y pierdes...

Ese es mi caso.

\"Estás destruyendo

tu vida\"...

Tenías razón mamá.

Eso me lo dijiste

hace exactamente

 cinco años...

No te tengo desde hace

dos años...

Te has ido, y tal vez...

No, no quiero pensarlo.

No quiero creer

que yo haya sido

uno de los motivos de

tu inmensa tristeza, madre.

¡¿Será posible?! ¡No!, no puede ser...

Recién ahora me estoy

dando cuenta de lo

que estoy pensando...

¿Culpable de la muerte

de mi madre?...

¡No es así!...¡No puede ser!

Entonces sí, merecería me matasen.

Un año mamá que no

estás en mi vida...

Y todavía continúo

haciendo lo que

tú me pedías no hiciera.

Seguir jugando...

Cartas, caballos, ruleta...

Pedir préstamos, limosnear dinero...

y ahora no poder pagarlos...

¿Qué haré ahora?

Debo estar maldecido.

No...soy yo el

que está mal... siempre

lo estuve...

A mis 26 años...

parece que tuviese sesenta...

En vez de sentar cabeza,

y comportar como 

mis padres me educaron,

caí, sin darme cuenta,

en el delito que puede

llegar a costarme la vida.

Tengo plazo hasta esta noche...

a las nueve de la noche...

No podré. De dónde voy a sacar

ese dinero...

Doce mil pesos...

Solo tengo treinta y dos

pesos en el bolsillo.

A mis compañeros

de trabajo no puedo pedirles.

Se enterarían, lo divulgarían,

y me echarían del trabajo.

No... no puedo pedirles

a ninguno de ellos.

Se aproxima la hora...

Solo me faltan dos,

y vencerá el plazo...

son las siete de la tarde...

Dos horas...

y no sé qué hacer.

Tengo hambre. Hoy no comí nada.

En la otra cuadra hay una pizzería.

Voy hacia allá.

Por mi mente pasan pensamientos

horribles...

nunca he pensado

lo que estoy pensando...

Oh destino malo que he ido

formando poco a poco,

hasta llegar a estos pensamientos...

Si tú vivieras, madre,

no lo verías bien...

y tenés razón, no está bien

siquiera pensarlo...

¿Qué hago madre?...

Sí, perdón, sé tu respuesta...

me decís que no lo haga...

que no lo haga...

Hola, tráeme un par 

de porciones de mozzarela

y un vaso de vino tinto.

No tengo que hacerlo...

no tengo que hacerlo...

Pero si no lo hago ahora,

¿cuándo?... no tendría que hacerlo nunca...

¡Basta mal pensamiento,

vete de mi mente!...

¡No debo hacerlo!...

Pero debo hacerlo...

Mi conciencia me dice

que voy a cometer

una locura, un delito...

otro más en mi vida...

¿qué porvenir me espera?

No, no lo haré...

nunca he robado...

no debo hacerlo...

Me arrestarán...me perseguirán,

me alcanzarán, y me encerrarán

en la cárcel...

No... no voy a hacerlo...

La cuenta mozo, por favor...

Salgo, camino,

deambulo como

un sonámbulo...

Iré caminando, me enfrentaré 

a ellos, y les diré la verdad,

que no tengo el dinero...

será lo mejor...

El tiempo vuela...

me quedan treinta minutos...

¿Y si cumplen con

la promesa de que

me matarían?

Camino, camino...

estoy llegando...

se me aflojan las piernas...

me siento cansado...

mi corazón me late aceleradamente...

estoy nervioso...muy nervioso...

estoy llegando...

allí está la casa...

Llamo... toco timbre...

me atiende uno de los dos...

entro...

Muchachos, tengo que decirles

que lamentablemente

no he conseguido el dinero.

Voy a tener que pedirles un plazo

más extenso... dénme cuatro

días más para ver si puedo

pagarles...

Es que no pude conseguirlos...

¡Sí, ya sé que me había

comprometido y asegurado

que iba a pagarles...

pero no los tengo!

¿Qué quieren que haga?

¿Que los robe?...

¡Espérenme unos días más, por favor!...

No me digan eso... no sean así...

Pónganse en mi lugar...

Lo mismo que a mí,

les podría suceder a ustedes...

Aparte de eso, fueron ustedes

los que me indujeron

a seguir jugando...

La deuda que tengo es

por haberme quedado...

¡Ya lo sé!... ¡Solo les pido

que me esperen cuatro días!...

¿Qué están haciendo?

¡Dos contra uno , cobardes!...

Peleen de a uno...

hijos de... ¡ohhh...¡malparidos!...

me tiraste en el corazón...

mal...dito... mamá, me due..le

me  mue...ro... ma...má te.. nías...razón... ma...

Todos los derechos reservados del autor( Hugo Emilio Ocanto - 02/10/2012)



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