Todos los días me escapo
y me voy a la laguna,
o al pie de un frondoso árbol,
o me subo a una grande roca.
sin mover siquiera un pie.
Me escapo con el pensamiento,
sí, un poco de paz,¡Ah, que bueno!
Pues como le dijo una piedra a otra piedra:
¡Que dura es la vida!
Por ello huyo a los rincones de mi mente,
donde una parte de mi... no está demente.
Autor: Bernardo Arzate.