angelillo201

Venezuela es una broma comparada con España.

Venezuela es una broma comparada con España.

Llega a la cola de los servicios sociales en España la noticia de la crisis Venezolana. Una monja que reparte alimentos , indignada, abre un cubo de basura y habla sobre Venezuela a tres tipos que están dentro del contenedor esperando su sopa.
Monja repartiendo sopa:

Otra vez hay hambre en Venezuela por culpa de la política, y la gente en la calle.

Ángel, el portavoz de los desheredados del  cubo de basura:
Se habrán levantado los fascistas para quitarles la sangre a los venezolanos.
Envidio que la gente de alla pueda salir a la calle a protestar.
Tiende Ángel su bol para que la monja le de sopa.
La monja pasa de largo sobre su bol.
El portavoz que se esconde al fondo de la basura.
Pedro, administrativo del cubo de la basura.
Ya se acostumbraran los Venezolanos a la situación.
Andrés auxiliar del cubo de basura riendo.
! Hasta que estén como nosotros, aún les queda !

La monja les da su ración de sopa.
Ángel , el portavoz, se queja desde el fondo por no haber comido:
Cal viva para el que hable.
La monja:
Pegando al cubo de basura con el pie.
Estás en un país libre, di todo lo que quieras, pero no vas a comer.
Ángel el portavoz sale del cubo de basura sale y quiere quitarle la sopa a la monja.
La monja aterrorizada llama a la policía que enseguida acude y lo interrogan.
¿ Por qué ha salido usted de la basura a la que pertenece?
¿ Y por qué ha agarrado comida sin permiso?
Ángel Portavoz de los desheredados.
Según la constitución tengo derecho a ser tratado con respeto y dignidad, a comer , y a trabajar , y a no vivir en un cubo de basura.
La policía lo coge y lo meten de cabeza en un contenedor de basura aislado tras pegarle una paliza por su protesta.

La monja les explica a la policía el incidente con el portavoz de los desheredados.
Pedro y Andrés asomados a su cubo de basura ven a Ángel en su cubo solo y asustado.
¿ venís?- les pregunta.
Ambos niegan con la cabeza.
Ángel se hunde en la basura.

Angelillo de Uixó.
A 19 de mayo del año 2016, testifico en Vall d´Uixó, Castellón-España, que en estos momentos estoy en espera de unos resultados clínicos que demuestren mi desnutrición, ojalá sea así. Ésta se produjo cuando me negaron las ayudas personales por negarme a realizar colaboraciones sociales. Durante un año no tuve ingresos, ni forma de encontrar trabajo. EN la actualidad las colaboraciones se han demostrado ilegales como yo denuncié. durante un año viví de zanahorias de mi huerta, hojas de espinas, raíz de regaliz. EN ocasiones he llegado a comerme la comida de mis perros que algún vecino me daba para ellos, al igual que alimentos caducados que me daban para los animales. Hoy en día decir que con el cambio de gobierno, seguimos sin trabajo, los servicios sociales, si bien es verdad que se ajustan a la ley, siguen siendo una institución que no cubre las necesidades básicas, y  la gente más castigada vaga a su suerte o a su desgracia, según se quiera ver.
Por eso las quejas de Venezuela solo puede darme risa,  y una envidia sana de estar mejor que nosotros, en cuanto en derechos humanos y servicios básicos.
Juro que todo lo que digo es cierto.

Escrito el 30 abril del 2015.
II. sujetos subordinados, el deber de la desobediencia civil.
Al salir a la calle Colombino y Crispín vieron a través de los amplios ventanales rosáceos de los juzgados de nules la silueta recortada y negra de los funcionarios de la magistratura archivando papeles, yendo de un lado para otro con dossieres, atareados llamando por teléfono, cumpliendo ordenes y servicios diligentemente. En la puerta dos guardia civiles a modo de estatuas armadas custodiaban la institución. Todo ocurría del modo más natural y cotidiano al que estamos acostumbrados a ver, y cualquier súbdito del reino de España con conciencia institucionalizada hubiera estado encantado al comprobar que la maquina del estado estaba perfectamente engrasada por aquellas personas con corbata que iban y venían por los juzgados, y que dejarse gobernar por instituciones cómo los juzgados de nules creadas por un grupo de hombres en algún momento de la historia, era lo más indicado para su interés personal.
Colombino y Crispín llevaban la denuncia en la mano que habían formulado a una asistenta social que cumpliendo ordenes del ayuntamiento de vall d´Uixó les coaccionaba a realizar trabajos sociales para el estado por su condición pobres.
Es una suerte que no nos hayan metido en la cárcel por ser pobres el juez- comento Colombino a Crispín reflexionado sobre el hecho de haber acudido a los tribunales de nules y haber salido libres. Cosa que no todo el mundo podía decir.
¿ Por qué dices eso?- le preguntó Crispín extrañado ya que se encontraba satisfecho de haber acudido a las instituciones y creía que el juez les daría la razón de que trabajar en servidumbre para el ayuntamiento sin contrato, por un suelo de hambre era una coacción. Colombino sabia que el juez se pondría de parte de la asistenta social y les mandaría ir a picar piedra. No quiso decírselo a Crispín, pues la denuncia tenía cómo fin educar a su amigo a que comprendiera el camino de la desobediencia civil. Colombino buscaba dentro de si una resolución negativa, y que el juez no le diera la razón para escribirlo en un libro ejemplar sobre la desobediencia. Es decir basado en su experiencia, pues Colombino era hombre de acción y no de letras y escribía solo sobre sus experiencias. Soñaba que se vendieran muchos ejemplares y revelaran al resto de la humanidad que el estado es el enemigo, para eso había urdido todo un plan que pasaba por llevar las denuncias a la prensa y que no la publicara, a los partidos políticos cómo el partido socialista e izquierda unida de vall d”uixó y no les hiciera caso. Inspección de trabajo debía para que su plan funcionara dar la razón al ayuntamiento. Al final, la conclusión a la que se debía llegar es que la desobediencia civil era el único camino cuando las instituciones estaban pobladas por gente egoísta cuya conciencia dormitaba en apoyar a un gobierno en el que no crían, pero lo obedecían porque les proporcionaban un sueldo cómodo al final de mes. No era ningún secreto que el gobierno de España gobernaba contra el sentido del bien general, incluso en la última fase en la que se encontraba antes de las elecciones, desafiaba ya el sentido común, habiendo entrado por razones que Colombino ni siquiera llegaba a comprender en un estado paranoico y criminal que alienaba a toda la sociedad.
Los escándalos de corrupción, los ultrajes a los derechos humanos, el ataque a las libertades eran constantes. El país parecía que fuera saltar por los aires, y sin embargo, pese a que dentro de cada ciudadano les daba asco y repugnancia esta situación donde España a ojos del resto de naciones había quedado postergado a un estado de ridículo y desfachatez que observaban desde fuera entre la incredulidad y risa. No obstante, la mayoría de ciudadanos estaba dispuesta a seguir en este estado de animalismo, de competencia por la existencia en el naufragio quitando de un empujón para salvarse a quien encontraran flotando en medio del naufragio sobre un madero.
Colombino le respondió a Crispín:
Lo digo por qué no tengo ninguna confianza en que el juez se interese por este asunto mi querido Crispín. Ni tengo ninguna confianza en la inspección de trabajo a la que fuimos la semana pasada, al igual que tampoco tuve confianza cuando acudí victima del desempleo a hablar con la asistenta social. Imagina Crispín, si una trabajadora social cuyo trabajo supuestamente consiste en ayudar a la gente te coacciona…! qué puedes esperar del resto de poderes del estado! Toda persona que se introduce en una institución se destroza moralmente. Es lo que ha pasado en los partido políticos, en los sindicatos, en la policía, en los colegios…
Las pagas que dan los servicios sociales a los desempleados no es por ayudar a estos, si no por su mala conciencia. Es un deber que tienen, una especie de costumbre, cómo cuando preñas a una mujer y para deshacerte del problema le das dinero todos los meses, no porqué te importe esa mujer,  ni su crio o cría, si no por ser lo que todos hacen en casos así.
Crispín sujetando su denuncia con las manos, mirándola con extrañeza preguntó a Colombino:
¿ Y para que hemos venido? Estamos pues haciendo el imbécil.
Colombino:
Debemos constatar la estupidez Crispín, dejar que entre la conciencia en las instituciones y que la aplaste el estado para contarlo. Les acabamos de exponer un problema ético a nuestras autoridades, ahora iremos a los partidos políticos con nuestra denuncia y a los sindicatos. veremos cómo lo resuelven, si desde el punto de vista de la conciencia, de la justicia, del amor al bien común a sus semejantes, o desde un punto de vista animal, electoralista, interesado, egoísta.
Lo vamos a pasar de puta madre Crispín, ya veras.
Crispín miró la denuncia con pesadumbre y empezó a reflexionar por si solo sobre lo que significaba la desobediencia civil mientras colombino se descojonaba.
Angelillo de Uixó. continuará.
III. Escrito el 3 de septiembre del 2012 podemos ver hoy que tipo de sociedad se estaba desarrollando, así no es de extrañar que la gente de aquí insulte de Venezuela ya acostumbrada a sus cadenas.

Los huerfanitos, Episodios nacionales de Angelillo de Uixó.
Los huerfanitos Anarquistas y su carnero Amelio.

I Parte.

El anarquista huérfano y su carnero Amelio.

Calles bulliciosas de Vall d’ Uixó. El zoco del viernes amanece entre bostezos y castañuelas. Los negruzcos personajes latinos levantan los brazos desperezándose preparados para trabajar en sus puestos. De vez en cuando colocan alguna maroma para el toldo, o calmosos y católicos los hierros para extender sus paraetas. Desde el minarete de la Asunción golpean las cobrizas campanas verdiamarillas espantando las palomas que vuelan circulares y ruidosas por encima del cráneo de los latinajos y calorros. Señalan las aves en formación de anillo cerca de la flecha de la veleta y las grotescas gárgolas esculpidas en piedras históricas que representan rostros deformados de pecadores y bestias vencidas en el argamedón, que Dios existe . Anuncian en vuelo rasante que Jesucristo bajará pronto para redimir a la humanidad pendenciera y gachupina arrancándole de cuajo y a mordiscos el alma. ! Dios es un chungo de barrio! Unos ojos cristalinos, azules intensos, más profundos y hechizadores que los del beato Rasputín, se detienen llenos de amor y ternura en un parque de hormigón realizado por los caciques Hermanos Ventura, maestros hormigoneadores y asfalteros. Bajo el único árbol que hay rodeado de un alcorque de hierro armado se encuentra un banco de hormigón sobre el que cae por la mañana la sombra fresca de un sauce llorón. En el banco, una hermosa mujer, de raza blanca, la más bella del pueblo de Uixó. Piadosa sujeta a su hijo, rechoncho, sonrosado, sano. Mira placido la ternura con que le observa su madre. Las hojas del sauce se mueven meciendo las ramas sobre las dos bellas criatura. Canta el viento una nana que se entreteje en los cabellos dorados de la madonna. Algunas hojas del suelo son arrastradas por el aire tórrido y africano de levante. La bella dama saca uno de sus enormes pechos blancos y puros de la gasa de su túnica. El Adonis edipico repleto de dulzura, amor y bondad genéticas por parte de madre se aferra a la teta. Emiliano, vestido cómo un soldado del ejercito de pancho Villa: elásticos, botas de cawboy con espuelas, camiseta de Iron Maiden, cinturón de cuero cargado de balas, cuyo hábito hace de él un activista social anarquista, conjuntado con una larga barba rizada, pómulos hasta las quijadas que demuestra que verdaderamente pasa hambre y los sinsabores de la vida apátrida, algo totalmente necesario para estar afiliado a la CNT y CGT, junto tener una frente gruesa arrugada de leer cómo castigadas las manos de trabajar, poseer cicatrices de peleas, antecedente penales, además de ir acompañado de un animal, y ser huérfano o repudiado por la familia, amigos y vecinos. Emiliano, hombre condecorado de todos los méritos mencionados menos el de la lectura y el trabajo, ante la visión del parque del que recoge los cartones tras pasar la noche, sufre unos devaneo que le recorren el cuerpo. -¿Me devaneo por qué me he enamorado, o por qué me he enamorado me devaneo?-se pregunta Emiliano reflexivo, aunque ya es tarde para llegar a cualquier conclusión. Es arrebatado por el éxtasis metafísico de los anarquista que puede llevarles del amor más desmesurado hacia los pobres, los oprimidos, las mujeres y sacrificarse por ellos, cómo al noble acto de poner una bomba en el parlamento al paso del rey. Emiliano cae desplomado sin que bella Mari , la madonna del bebe, perciba el sonido de la caída por amor. Al instante se levanta mirando al cielo, sublimado por el rayo intenso y casto del amor con el que son tocados los anarquista huérfanos y místicos. La muchacha, semejante a la virgen de la pietat de Miguel Ángel, indescriptible en la perfección de sus trazos hermosos y puros, única en Vall d’ Uixó, donde las mujeres de formas impuras y lascivas abundan. Muchas de las mozas del pueblo sufren de alguna deformación que no es si no para los expertos una marca genética que nos advierte de su mala conducta y lascivos pensamientos, tal son así las señales: tener verrugas, lunares, cojera, labios finos o bigotudos, escupir en el suelo, blasfemar, ver la televisión, tener una cuenta de facebook, ser ordinarias, infieles, mentirosas, faltarles algún diente, tener una oreja más grande que otra, ser egoístas, padecer depresión, ansiedad, buscar la felicidad, practicar yoga, ir al gimnasio, salir con hombres, beber alcohol, fumar, quedarse embarazadas , comprar perfumes en drunni, desobedecer al marido, a la familia y aberraciones semejantes que nos advierten que no debemos fiarnos de ellas. Pero de la inmaculada Bella Mari, nada mundano se le puede reprochar, ni encontraréis en quien la conozca nada vulgar o insolente para los hombres de bien y buena voluntad. Bella Mari canta canciones de cuna al bebe sonriente, la gran alegría de su vida. Tararea las estrofas del Greensleeves con tan gran perfección que los perros, los gatos, las aves, las otras mujeres, el barrendero, hacen corro a su alrededor. Desde el balcón de la noble casa donde vive con su rico marido, el propietario de la caja rural San Isidro, cuya mansión solariega da con el parque, prácticamente suyo porque para eso lo financio y es rico. Pero bella Mari, llena de bondad a sus semejantes deja que hasta los gitanos, las skeiters, los raperos, los ecologista, incluso los desviados ideológicos y morales del 15-M acudan a la sombra del sauce llorón , a oler los rosales, los laureles, plantados en una esquina junto el cartel del corte Ingles. Su marido, un viejo de raza judía poseído por la adoración al dinero, a la lujuria, al vellocino de oro y que almacena todos los defectos de ésta raza demoníaca amante de lo material y el pecado, asoma su diminuto cuerpo circunciso al balcón encorvado, repleto de voluptuosidad. Se casó con Bella Mari para dar rienda suelta a la depravación de su carne y para insultar a los cristianos y a los ateos. Compró el cuerpo de Bella Mari , su compasión, su bondad, a precio de saldo cuando sus padres iban a perder su casa por no pagar un mes la hipoteca a la caja rural. Pero ella, para salvar de la vergüenza a sus padres del desahucio, y de que acabarán en una tienda de campaña en las garras del 15-M en ese mismo parque, acepto las nupcias con el judío. ! Dios te bendiga Bella Mari , crisol de luz de occidente! Emiliano, que continúa profundamente enamorado, sufre otro profundo golpe de dolor al escuchar al judío cabalista llamarla : Bella Mari, Bella Mari- grita el circunciso mostrándose desde el balcón donde retuerce las manos, enseña sus dientes afilados, amarillos, y emite un grito atroz semejante al canto de las avestruces que también sirve para despertar a satanás que acude junto al judío al instante. Cómo anarquista Emiliano asume ésta llamada cómo parte de la dialéctica de la historia y la lucha de clases. El sol elevándose por los aires cabalga tirado por el imparable carro de Helios . Amelio, el enorme carnero afgano que le dieron a Emiliano unos amigos talibanes después de la gran fiesta del 11-S y que siempre le acompaña, bala para despertar del canto de sirenas a Emiliano. -Si Amelio, debemos irnos aunque mi corazón se quedara con la bondad humana eterno en este parque y el odio al inferior judío opresor de los proletarios. Ojala yo hubiera tenido una madre que me quisiera, o pudiera conocer a una mujer que me entendiera, pero soy huérfano, no valgo nada – Emiliano cómo todo huérfano siente la aflicción por la ausencia de su madre, y el deseo inmediato de acercarse a cualquier hermosa mujer , o incluso fea , gorda , con seis dedos, para formar una familia; pero los votos de anarquistas se lo impiden. Su compromiso es con la humanidad, ideario que es el que deben tener todos los anarquistas. Triste y dolorido avanza por las calles cómo un gato abandonado el huerfanito trovando : “arriba los pobres del mundo, los trabajadores, viva la FAI, CNT…” la sociedad empobrecida de Vall d’ Uixó , sorda ríe, tira petardos, acude a las colas de cáritas, se somete al concupiscente abad, deambula carroñera por la cruz roja con la alegría de los goliardos, la desvergüenza de los ángeles malos que huelen a azucenas y muestran símbolos del dólar colgando del cuello. -Emiliano, Emiliano- escucha y se gira buscando quien le nombra entre las gentes que atiborran el zoco comparando ofertas, regateando, paseando, mostrando los tatuajes, los ligues, los músculos de gimnasio. El carnero Amelio levantando las orejas, bala, un perro apaleado va hacia ellos ladrando medio mudo y exhausto. Dos personas no muy diferentes al animal siguen al can. -Maximiliano, Pancho- clava su mirada profunda y se mesa las barbas abriendo apostólico y romano los brazos para acoger a sus camaradas de aspecto semejante a él. La guardia civil disfrazados de centuriones de verde hacen ronda, miran la reunión sospechando. – Os buscaba camaradas ¿creía que estarías vendiendo ceniceros hechos con latas de cerveza en el mercado?- pregunta Emiliano abrazando a sus compañeros que holgazanean entre las paraetas que apestan a especias y verduras pasadas. -No Emiliano, la policía no nos deja montar. El gitano que vende mecheros ha roto la sociedad kroposkiana de apoyo mutuo. Ahora vende también ceniceros de huesos de cristo, aunque en verdad son de perro y de difuntos anarquistas de la fosa común del cementerio de Vall d’ Uixó que los evangelistas calorros del PP saquean. Nos ha denunciado el calorro lumpenproletario acusándonos de que no pagamos impuestos, aunque él tampoco lo hace. -Un drama- exclama humanista y beato Maximiliano. -Mecheros, mecheros, manojos de mecheros y ceniceros de hueso de Cristo, a un euro señora, corran, corran, que me quitan a Cristo de las manos- se escucha una voz desgarrada por el coñac. -Deme un manojo de mecheros caballero y un par de ceniceros- solicita un varón que anda por las paraetas de verduleras, pescaderas, traperas, buscando madres solteras o mal casadas para que les den sus cachorros al orfanato Afanias clínica Segarra- ¿ tiene usted hijos que le molesten en casa? -Mirad camaradas, es trinkabebes- exclama Pancho que cómo buen anarquista tampoco tiene más familia que un perro apaleado que recogió de la perrera. -Vayamos a hablar con él para que nos acoja en Afanias- vencido y cansado, harto del mundo, necesitado de oración, humillación y encierro, aconseja poniendo los ojos en blanco espiritual, racionalista y metafísico Maximiliano. -No camaradas, el orfanato es perder la libertad, es enjaularse ante el capitalista, es el camino más corto. Yo no tengo tampoco a nadie, paso hambre cómo vosotros. No vivó al uso de los españoles proletarios con familia de la renta del abuelo. Lo sabéis bien camaradas, y aun así no me voy al orfanato para que me adopten, resisto- canta a la libertad el Alberti de Emiliano. -Emilianito, Emilianato, la anarquía ha muerto, muchos huérfanos anarquistas están volviendo a los asilos, a los orfanatos. No hay otra solución. Los normales, los que tienen familia, hasta los de IU, deCC.OO, UGT, los Socialistas, los de la CGT, con la gravedad de la situación económica y el paro están acudiendo a los asilos a reclamar a sus familiares con alzheimer y pensión. Pero nosotros ¿ a quién tenemos? ¿Podemos ir a la residencia y sacar a nuestros padres para cobrar? No, nosotros no tenemos a nadie, debemos volver al orfanato y cambiar el sistema desde dentro. Recapacita Emiliano, el martirio es bueno, la anarquía también, pero tiene edad y limites. Hemos cumplido más de 40 años, los tiempos han cambiado, se me cae el pelo y los nuevos grupos de pank no me gustan- argumenta con ternura y nostalgia Pancho sin renunciar a sus principios ni valores. -Vender ceniceros con la crisis no sale a cuenta, ya nadie los compra Emiliano, la gente se los fabrica, y lo que es peor, tiran las colillas sobre la moqueta, ya nada importa Emiliano, la sociedad actual no tiene valores. Las manufacturas están muertas. Emiliano, Emiliano, recapacita. Dos veces al día sopa, descanso y lo que sabes por la noche- trata vehemente de convencerse y convencer Maximiliano venciendo su disonancia cognitiva. Entre cajones de verdes melones y sandias, gruesas vendedora abanicándose con el cartón que pone a euro. Delantales blancos ajustados a sus gruesos pechos. Entre malos modales camina Trinkabebes oteando los vientres de las mujeres humildes que servirán para repoblar el Japón nuclear, la Australia del tiburón blanco , el Canadá del arapajoe, y la industriosa India de los tigres de Tamil. Amelio alzando sus enormes cuernos ante la presencia del gentleman trinkabebes se le erizan los pelos del lomo y clava la pezuña en el suelo. Perro apaleado también se inquieta y los huerfanitos se miran sin saber que hacer. Es un momento donde tienen que decidir: o vivir dentro del sistema en un orfanato, o ir contra sistema. Las oportunidad no pasan dos veces y el hombre sensato las aprovecha. Pancho rompe el corro anarco-animal y va hacia Trinkabebes. Le saluda amable, tímido, con gestos. -Hola Pancho, !cuanto tiempo sin vernos! ¿Cómo te va?- trinkabebes le devuelve el saludo agarrando su bastón navaja con su gruesa mano derecha. Suena el móvil del orfanato llamándole, lo desconecta. Pancho humilde agacha la cabeza, sus barbas le llegan hasta el pecho del que cuelga la hoz y el martillo, los símbolos de la única religión y sistema político bueno que ha tenido la humanidad, y que la desagradecida humanidad, autodestructiva, hundió por ambición, pecado y soberbia. !Muerte a la humanidad! No muy bien señor Trinkabebes, la crisis nos esta golpeando mucho a mi y a Maximiliano, el negocio ya es lo que era, los tiempos cambian- exclama con la sinceridad de anarquista tan alejada de la mentira del embaucador gitano y latino. Vehemente el anarquista entre sombras de toldos, chillidos de a euros, malos olores, confiesa algo que todos los proletarios deberían hacer ante el poderoso para que se apiadará de ellos. Algo saldrá hijo mio, algo saldrá, no desesperéis ni tengáis malos pensamiento revolucionarios- Trinkabebes acostumbrado a la desgracia humana, incluso a apreciar cómo el pobre sin autoestima, insolidario, animalesco ,se busca la vida en España, ora cogiendo algarroba, ora cogiendo chatarra, ora pagas de las asistentas sociales. El miserable, aunque vago por cuestión de conciencia, tiene trucos impresionante para no dejarse morir. Ni siquiera el PP podrá acabar con los pobres de hambre ni infectándoles pandemias. No señor Trinkabebes, ésta vez la cosa está muy mal, ya no hay nada, ni siquiera la algarroba, no ha llovido, en cuanto a la chatarra, hasta eso ya escasea, la gente cuando se le estropea la lavadora entrega la vieja al supermercado que se la queda y le hace descuento de la nueva o de la tabla de lavar a mano. Leyes infernales señor Trinkabebes, leyes opresivas contra la clase obrera y los pobres, especialmente el colectivo de huérfanos. Lo canto de este modo magistral Rosendo Mercado la semana pasada en las fiestas del pueblo. Veo que no ha cambio tu espíritu reivindicativo hijo mio, ni el del huérfano más famoso, Rosendo Mercado- sonríe benemérito y jocoso de escuchar este grito a las barricadas de Panchito. Señor Trinkabebes ¿Cómo va el asilo?- pregunta indirecto para que los caminos del señor le conduzcan a una celda. También se nota con la crisis, ha quebrado el orfanato, ahora está en manos privadas vaticanos-japonesas, de hecho, yo busco clientes en el mercado. No quiero que em despida un Hiroito. La verdad es que el niño Español aunque algo moreno, sucio, vago y corto de entendimiento, se cotiza bien en China, la India, Marruecos… Eso es bueno y…-deja caer Panchito viendo que comprende todo Trinkabebes. Este le interrumpe la interjección. Si queréis venir al albergue hay camas y posibilidad de algún taller. En estos momentos el Inem a través de una escuela taller está buscando mano de obra discapacitada y gente sin hogar para una nueva línea de montaje de la Ford y la nissan. Primero os inscribís en el albergue- orfanato. Me hacéis unos cursos, me firmáis unos documentos de que no poseéis familia, ni nadie os va a reclamar en caso de defunción, y veremos que se puede hacer. Pero ante todo comportaros, el nombre de la casa Afanias- Clínica Segarra y servicios sociales de Vall d’ Uixó está en juego. Penintenciagite, Penitenciagite- avanza por los puestos de venta de coranes y dátiles Emiliano montado en su carnero Amelio. Vade retro Emiliano- alza la garrota Trinkabebes. Emilianito no- exclama Pancho que se ponen en medio de los dos enemigos haciendo de escudo humano. Acabo de cerrar un trato interesante, podemos ir al albergue. Recibiremos cursos del inem y podremos trabajar firmando la renuncia de una serie de derechos en la ford o la nissan. Es un buen trato Emiliano, es justo. Bakunin lo aprobaría. No hay trabajo, y nosotros no tenemos familia que nos mantenga. Emiliano no seas demagogo. Amelio levanta la dos patas de delante. Sus imponentes patas se agitan lanzando destellos metálicos las herraduras con el logo de Metallica mientras las verduleras monótonas continúan su cantinela acostumbradas a las disputas en los business : Nenas molones, sandías, bragas, compresas, a euro, a euro. Emiliano escupe a los pies de sus amigos, da media vuelta violento gritando: quinta columnistas. Galopa cuatralbo entre las paraetas destrozando cómo buen anarquista todo a su paso. Pasa a cuchillo a varios judíos que venden ajos. Amelio empitona y muerde de forma mortal a varias comadres testigo de jehová predicantes. El enorme carnero salta al entarimado de una paraeta agroecológica repleta de repollos y acelgas que devora frenético. Emiliano sobre el puesto de verduras clava unas afiladas zanahorias en los ojos, sacándoselos, a la pareja de perroflautas que mientras se estaban besando , gozando de su libertad sexual y espiritualidad , unos hambrientos rumanos les roban el genero del puesto que desatienden. La guardia civil corre por los puestos del zoco, derriban a la agente que molesta. A los que preguntan parando su marcha que pasa, les pegan con la porra. Galopando se aleja Emiliano. A su espalda humo, pólvora de la guardia civil disparando. Trinkabebes acompañado de pancho y Maximiliano van hacia el hospicio. Los locos en las jaulas sacan las manos, muestran sus rostro deformado, groseros, inhumanos, ennegrecidos. Los quinquis-canis afinados se golpean cómo gladiadores de barrio americanos IV, película que acaban de ver, y que reproducen en el patio algunas de sus secuencias de acción: Yo soy Maximus gladiatus invictus, lucho por mi libertad contra mi semejante, viva el sueño americano y el PP Español- se dicen los internos antes de atizarse con barras de tubería que hacen de espadas triunfadoras. -¿Queréis comer algo?- pregunta Trinkabobos a Pancho y Maximiliano. Los dos anarquista que desde un desayuno de higos hace dos días no han comido asienten con la cabeza. ¿Sabéis el camino, verdad?-pregunta irónico. El refectorio a la izquierda, al lado del huerto ecológico- responde sapiencísimo Maximiliano recordando su niñez. Los dos hombres caminan hacia las cocinas, ante un cuarto se detienen. Un chillido les hace adivinar lo que ocurre. Pasan de largo porqué nada pueden hacer. -Cumpleaños feliz, cumple años feliz, te deseamos sor Divina, cumpleaños feliz- Canta a coro monjas. Sor divina, una impresionante rubia nórdica de metro ochenta, novicia de 25 años, ataviada con un habito de látex negro corto que deja ver el liguero de medias de rejilla. Es el centro de atención. En su cabeza lleva una enorme cofia que realza su espectacular belleza, de ella salen a cada lado dos largas trenzas doradas. -Sopla, sopla- le animan las monjas. Hay 25 velas colocadas en 25 anos de niños y niñas . Los precisos ojos azules de Sor Divina contemplan la atractiva visión erótica de esos cuerpos tiernos, jóvenes, esbeltos, una gran sonrisa fetichista de cuero asoma ante la fila de niñas y niños de rodillas con sus velitas encendidas en el culo. Sopla ante el jubilo de las monjas con fuerza los cirios. Se van apagando uno por uno, es ayudada por varias monjas, pues al octavo cirio no le llega el aire a sor Divina. Las niñas y niños de rodillas se miran unos a otros, humillados por su bien, pues nada ayuda más a un niño marginal de barrio que estás practicas que les enseña el camino de la humildad y el respeto que sus padres chonis y gitanos no saben darles. Las monjas le meten y les sacan los cirios que se van derritiendo en sus pequeños anitos. La madre superiora da unas palmadas y cesan los gemidos placenteros.

Una chiquilla con cara de ángel, rubita, y muy viciosa traída ex proceso de un convento de Valencia donde suelen ir Rita barbera y Carlos Fabra, sale de un pastel nata. La colocan en una camilla donde la atan fuertemente con cinchas. Le dejan caer cera derretida de los cirios por sus pezones y el clítoris. La bella de 8 añitos se relame del placer, semeja su imponete imagen que ante tanta belleza causa respeto una santa virgen consagrada a la entrega a los placeres de los demás. Pega pequeños golpecitos con la mano que apenas puede mover cuando le cae por su suave piel la cera, pide más y más. Sor Divina con un dildo que hace de pene, bien agarrado por tiras de cuero a su cintura que la hermana superiora le ayuda a atar, monta encima de la criatura penetrándola. Las monjas en éxtasis religioso dan palmas y lógicos aleluyas la creador, ya que a Dios estos actos le hacen más grande, forman necesariamente parte del plan divino y es un camino para llegar a él. Maximiliano y Panchito se presentan en la cocina donde sor Rita, una gruesa monja sorda y vieja prepara una excelente receta de pollo a la pimienta. Al verlos les reconoce pese a ser sorda. Les saluda efusivamente abrazándoles y basándoles. -Hijos pródigos !cuanto tiempo! Habéis vuelto al hogar- les dice a chillidos. -Si, si – le dicen chillándole al oído- Trinkabebes dice que nos de usted de comer, hay ganas.
La gitana abortista. II parte.
El conde de Egipto baña su pañuelo de lunares en la fuente del barrio. Lo posa sobre su cráneo de viejo caimán verde. El sombreado cobrizo de su rostro se humedece con el agua que bendice al hereje evangelista. Un perro robado que lleva consigo lame a su lado las gotas del suelo y observa colmillero y callejero la psiquis del calorro olfateando . Cohetes festivos retumban en el aire de Vall d’ Uixó. Recuerdan al Conde de Egipto los clavos con los que ataron al madero a nuestro señor Jesucristo.
-Ay Jesucristo, jalipe, jalipe, tu maribe por nos- piadoso y fanático lleno de fervor semana santero besa el cráneo de oro que cuelga de su cuello. Unas avispas impertinentes, indecisas se acercan. La más atrevida le pica en su nariz evangélica. Recibe el insecto palmadas y taconeo. El perro robado la degusta ejercitando la lengua y los molares. El conde de Egipto espera observando la calle. -Jee, jeee, jeee- aparece un peludo joven alegre, con la bandera tatuada de España en un brazo, negras trenzas en la cabeza boronjondonas que anuncian la muerte, vestido en bañador floreado jaguayano, calzando cómo los negros americanos deportivas adidas exhibe su tripa redonda de luna y latón descamisado. Se acerca al conde de Egipto sonriendo. Se abrazan y festejan la vida. El sol amarillea las sucias calles de Texas de Vall d’ Uixó. La música de los infames Estopa mezclada con la de Camela dota de poesía al barrio que despiertan a las 12 del medio día. Los marginales salen a partirse la cara con la vida dispuestos a buscar chatarra, coger algarrobas, pasar droga. Se anima de etnias la petanca y el campo de fútbol del barrio realizado por el PP a cambio de votos. La guardia civil hace ronda.

Los desempleados de casta obrera latina hispanis, aunque sin conciencia de clase, traidores a los principios sindicales más básicos, se manifiestan sin ganas por un barrio que no es el suyo, si no de las Taifas gitanas- canis votantes del PP. Andan con prisas, entre pancartas y globos rotulados de rojos logos inflados de gases buscando apoyos sin ideologías. Los farandules latinos critican callejeros eso que llaman crisis y recortes, totalmente necesarios y buenos para una guerra civil revolucionaria.

Reciben pedradas de los facciosos marginales del barrio de Texas, oficiosamente llamado Colonia San Antonio, cuando los manifestante denuncian la demagogia PP de inaugurar los 50 años del barrio con un monumento de porcelánicas letras de Ripolles en tiempos de hambre. No sabe la raza hispana mal llamada de pana o de izquierdas, de que andan en tratos con los gobernantes corruptos del partido popular en cosas de votos y pagas de servicios sociales el criollaje proletario del barrio. Nunca la forma de vida del gachupin de barrio ha sido tan reforzada, siendo el criollaje de la chatarra, los servicios sociales, y la algarroba ,los grandes triunfadores de la crisis. -jeee, jeee, jeeee- sigue sonriendo abrazado al viejo el joven calorro, indiferentes ambos de dos familias enfrentadas a la lapidación sindical obrera. Preciosilla, una chiquilla gitana de 16 años de largos cabellos negros que le llegan hasta la cintura en los cuales se crían azucenas y claveles, vestida con falda roja de lunares y volantes que al mover su hermosa cintura baila, está encerrada en el corral. Dos viejas enlutadas sentadas en unas sillas de esparto pelan unas urracas para el caldo. La vigilan desde la ventana. Arde el agua del negro puchero en la chimenea. Preciosilla llora junto a los gallos que quieren picar su hermosa carne de hembra. ! Huye Preciosilla, huye por la escalera hasta las estrellas! Pero en lo alto de la escalera está clavada la cruz de cristo que le hace bajar al fango.

Bedorí, bedorí, baribén, baribén- le dicen bizqueando, mostrando su boca sin dientes formada por una dura encía una de las viejas. Preciosilla entre lagrimas se tapa el rostro cómo una mártir. Las comadres gitanas hablan entre si con envidia e indignidad haciendo gestos goyescos de aquelarre a Preciosilla. Cuentan las comadres con envidia de los hechos acusando con sus mente de viejas verdes. Breve traducción del caló de la historia de Preciosilla que contaban las viejas gitanas que la custodian. El Kepsu, al que aman todas las gitanas, un príncipe delicado nacido de las lilas, ser carnal, duende de labios gruesos rojos intensos cómo ascuas, de lengua larga, tez delicada imberbe, y unas manos grandes, nervudas. En una noche de farra de cuatro menguante preño a Preciosilla, la menor de los Montoya. Preciosilla, en la noche de autos, noche de estrellas, de toros, trompetas, guitarras, cascabeles y panderetas, calor y cometas, con grillos cantando, sapos croando, gitanos danzando, fue buscada y bien hallada por el Kepsu. Ella iba caminado recogida en si misma, añorando conocer un príncipe, cargada con el cántaro a la fuente. Él, un rufián de hermosos cabellos ondulados largos, gran cantador y trovador de guitarra se cruza con ella bajo un olivo. Ella le suplica cuanto puede al Kepsu que la deje, pero este no para de decirle cosas hermosas, de hacerle promesas, de tocar sus brazos, su cadera, y encender de deseo los ojos de Preciosilla. Fue tomada por el kepsu cuya navaja de fuego ardía dentro de sus pantalones, bajo el olivo, y mientras la amaba la apuñalaba inyectándole el semen necesario para formar un bastardo. El Kepsu, una vez consumado su escozor, huyo a los huertos de melones para buscarse el jornal. Preciosilla decidió callar. Volvió con el agua muerta en su cántaro que bebieron sus hermanos sin sospechar nada. Un mal sabor de boca tenía ella al tragar las aceitunas. Las dos comadres maldicen cómo nadie reparo lo que después paso. Coin chanar que la coima quedarse arañí- dice una vieja a otra mirando cómo llora Preciosilla en el corral tirada entre sacos con los pollos a su alrededor. Preciosilla desde esa fatídica noche de brujas y hadas que marcaron el sino de su destino, cambio su carácter. La niña de 16 años se hizo una mujer reservada, discreta. Pasaba la vida recluida, casi monástica, algo muy triste para una mujer bella ,y que degrada la condición femenina, porqué estás por naturaleza son zalameras y pendencieras. Preciosilla llego al extremo de negarse a ir a la fuente con el cántaro a por agua, que cómo todo el mundo sabe es lo que más le gusta hacer a la mujer junto planchar y malgastar el dinero en cosas de higiene. Poco a poco la barriga se le hinchaba. La ataba con cuerdas y un gran corsé para que nadie se diera cuenta. Se pegaba puñetazos en el vientre para abortar, pero el sátiro que llevaba dentro no moría. Sus hermanos, su padre, el reverendo, el patriarca, ni por asomo pudieron discurrir que una gitana llegará a quedarse en estado de gracia sin estar casada y sin hacerse antes la prueba del pañuelo. Preciosilla a punto de estallar, vio vídeos por internet y compró fascículos de cómo parir en casa. Tuvo su hijo en el corral; y miedo étnico de ir a Afanias- orfanato-albergue Segarra, por si la denunciaban o le hacían ser monja gitana. Así que realizó lo más sensato y recomendable que puede hacer una madre soltera. Colocó al bebe sobre la cama y le tapo con su mano cálida, suave, delicada, la nariz y la boca. Poco a poco, de forma indolora, amable, humana, acompañada y tierna fue el calorrillo muriendo. Mientras la luna se llevaba a lomos de oscuros caballos su niño apilo troncos de algarrobo en el corral. Creo una hoguera a la que arrojo a las llamas a su bebe. Todo fue bien hasta la llegada de la luna creciente. Llegó hechicera Zoraida, las dos mujeres se cruzaron en el patio de luces. Zaraida sintió un fuerte deseo hacia Preciosilla, el romero se le puso mustio y sufrió una visión en la bola de cristal. Zaraida en trance, sublimada por un ardor descomunal, epiléptica hablaba sola tirando espuma por el suelo. En la bola de cristal ante todos los espectadores de la familia aparecía Preciosilla desnuda bajo el olivo. Sobre ella, el Kepsu. Los dos cuerpos unidos junto al tronco milenario y afrodisíaco del olivo del que surgen dos ramas cargadas de frutos. Ella gime , goza, ríe. Desliza dulcemente con sus manos repletas de cascabeles la espalda de su príncipe pidiendo más y más y más. La bola de cristal rueda por el suelo ante el grito de dolor de los Montoya. Preciosilla empieza a correr haciendo volar su falda, la larga cabellera, y dejando un aroma en el aire a claveles rojos intensos. Sus hermanos la siguen hasta llevarla al cuarto donde la encierran maldiciéndola y escupiéndole. Fin de la breve historia de Preciosilla que narran las comadres gitanas guisando urraca. Rumí mulí seré- y rompe a llorar Preciosilla recordando a su difunto hijo que está incinerado junto al dornajo donde bebe el ponny. El conde de Egipto, el patriarca de los gitanos de Uixó , y la autoridad del santo oficio evangélico entra seguido del joven descamisado familia del Kepsu. Las dos familias hacen las paces. Anuncian que el Kepsu ha aparecido muerto en un melonar de Córdoba. Cuatro navajadas han cortado su cante y le han liberado del deseo que le hacia prisionero. Ahora ha alcanzado el nirvana bajo tierra , su sexta alma se encuentra reencarnada en un perro vagabundo castrado del barrio de Texas en Vall d’ Uixó. !Alabado sea Cristo , rey de chonis y gitanos! Preciosilla mira cómo entran las familias. Se prepara para recibir su pena. El conde de Egipto, centro de gravedad y poder, suda a raudales en un día de chicharras y poniente de finales de Agosto. Las ancianas cocineras, de negro riguroso cómo todas las mujeres que andan por allí, ofrecen sopa de urraca con col fermentada. Agradecidos beben en familia los asistentes dándose la paz. Sobre los sacos de algarroba, Preciosilla mira el cielo sin luceros y a la cruz clavada en lo alto de la tapia del corral. Se santigua. Sabe que llega su hora. Vuelve a mirar la cruz clavada y respira el cálido viento. Entre risas de sangrientas amapolas entran cuatro navajas con pañuelos de lunares que se clavan blancas en la cobriza y de luna carne de Preciosilla. Sus ojos verdes abren las tapias de sus pupilas. Preciosilla mirando a todos lados, sin ver nada, se aferra a los muslos de los cuatro jóvenes intentando seguir de rodillas. Los verdugos quedan satisfechos del placer de consumar el instinto humano de destruir lo bello. Manchada de sangre es derribada sin decir ninguna palabra sobre los sacos del corral y la arena. Los gallos se alejan, y vuelve al rato para picotear sus cabellos. Un perro abandona aullá tras la tapia del corral. Al medio día la luna eclipsa el sol. La sombra de la Cruz se alarga sobre Preciosilla, y todos se santiguan.

Los huerfanitos, episodios nacionales de Angelillo de Uixó. III parte. !Si a los orfanatos para los pobres, no a las privatizaciones del PP! Con mi dinero No.
No te vayas mama, no me dejes aquí, adiós mama, iré a por ti- barrunta indignado y sorprendido un engendro latino, criollaje de payo y calorro de la cuidad gitana-chonis de Texas en Vall d’ Uixó. El cholo abandonado se encuentra en pleno desarrollo hormonal de pubertad cargado taras mentales de casta emigrada de la india que vive en pisos de protección oficial y afinamiento ghettal, poseyendo trastorno genético de la identidad racial, e ideología fascista de España 2000 de ambiente del barrio, lo que le provoca, sin que por ello se le deba culpabilizar, el pegar a sus padres, que con deudas, síndrome de Peter Pan,síntomas de lumpenproletarios, alcohólicos, cocainomanos y hartos de él, le dejan donde deben: La clínica- hospicio Segarra y Afanias de Vall d’ Uixó. Es arrastrado por dos celadores de piernas de mulos, brazos ciclópeos, cargados de mosqueros en la frente, anteojeras en los ojos para que no se distraigan del camino, freno en la boca que les hace mudos e insensibles. A través un pasillo de baldosas de ajedrez conducen al cabestro. El alfil caído en desgracia acaba recluido en una celda acompañado de varios jóvenes de su raza y condición. El gachupinaje de barrio se recoge agermanado en la desgracia cómo los pulpos en un cajón de la lonja, pero al momento nacen discusiones y desencuentros. Acaban devorándose a golpes unos a otros siguiendo su ideario de calle donde el hombre es un lobo para el hombre. ¿pero de que vas Josele? Que ese es mi sitio y ese mi trozo de papel higiénico, que te doy Josele, que te doy con el mechero- se escucha desde la celda. Los celadores en bata blanca, vestales, puros, con el manual de Hipócrates en la mano y jura de humanismo en la lengua entran con gases, inyecciones sedantes y porras ante la bulla de la celda. Tranquilizan de forma sofisticada al criollaje. En los labios superiores del nuevo inquilino de la celda 205, semejando un procesión de hormigas asoma las primeras sombras del bigote del que la oscuridad del lugar y la situación, no logran frenar que se estire medio milímetro más hacia fuera del poro. La madre del engendro, de rostro de cacatúa joven, plumifera caliente, que cometió hacía 14 años siendo una adolescente con pecas y trenzas en edad de saltar la comba, el indecente acto de la reproducción de cuyo resultando surgió 8 meses después de incubación, con prisas y estrés, la indeseable y evitable llegada al mundo a otro mestizo marginal. La Jessy es la mama prodigio, morena permanentada de tangas rojos que nunca aprendió a saltar al comba y ya ha destetado a tres chamacos. Prepara la firma seria, mustia, agobiada, nerviosa, desacostumbrada a estar encerrada en un despacho donde está reunida con la oficialidad del orfanato-albergue para desembazarse del tardío aborto mediante la tinta que formará una pornográfica X de su firma. La cacatúa con collar falso de perlas, anillos enormes y aros redondos colgados de las orejas ,en pose chunga de barrio hace correr su garabato caligráfico de analfabeta y una lagrima surgida de esa pequeña parte femenina que puede llegar a albergar dentro de si una chica marginal. El cuarto donde se encuentran: aséptico, pequeño, rectangular, con paredes blanquiamarillentas, ventanas con rejas y cerradas. Un ventilador mueve el aire viciado, varios libros de la biblia y Tomas de Aquino adornan una estantería . La escultura del caudillo pintada por los internos sobre una mesa hace de pisapapeles. Un cuadro con garabatos galácticos de Miro parecen flotar fantasmagóricos por la estancia junto a una cruz con el mesías clavado. La gachupina pintada de arriba abajo con tatuajes y pulseras energéticas que sustituyen al romero se encuentra rodeada de varones muy superiores a ella en cultura, entendimiento de la condición humana, y poder económico. Mira a sus superiores cómo un corderillo en el matadero. Quedan lejos sus chillidos de barrio al tender la ropa, en las discotecas, fiestas casaleras de toros, y en las panaderías cafeterías. Es lo mejor que puede hacer- le dice comprensivo y conciliador manteniendo una distancia higiénica el concejalito de bienestar social y paz de Vall d’ Uixó Don Judas Sánchez al que le toca hacer los oficios al estar el director del centro orfanato afanias y clínica Segarra por el mercado municipal buscando financiación, madres, niños abandonados y clientes. El concejalito que ha acudido para firmar la privatización del lugar y entregar las llaves al nuevo consorcio nacido del concordato vaticano- japones. Plenipotenciario todavía, se pringa en el turbio asunto de la gachupina. Guarda para si el concejalito el desprecio y el asco clasista que siente ante la cacatúa hortera de barrio a la que por cargo trata de consolar -aquí le daremos una nueva oportunidad y garantías de rehabilitación- el concejal liberal y trino, discípulo de la teoría de darwinista, serena a la usuaria acompañando de la presencia del reverendo del vaticano monseñor Recadero Centelles, y un japones amarillo , serio, respetuoso, atento al negocio. Termina el concejal con prisas la oración, más preocupado de la reunión de business. Recogiendo con la mano como el camaleón la lengua con moscas, agarra el papel firmado por la gachupina de 32 años. La mujer silencia bajo las luminarias colgadas de alambres de la habitación blanquiamarilla mal ventilada, claustrofobia, cargada de olor vaporoso de limpieza aséptica con zotal. Una camilla de ruedas y cinchas en la esquina para inmovilizar chirría cuando la madre se tumba algo mareada. Su mente se desvanece unos segundos. Un sudor frío recorre su frente estrecha poblada de pensamientos del mundo marginal: discotecas, dinero, macarras pidiendo salir con ella, cigarros, trabajo eventual en peluquerías, Cristo, embarazo, gritos, laca, gomina, tijera, tanga, España, Iniesta. El japones trabando la letra ele dirige unas palabras orientales de consuelo, haciendo papiroflexia con una hoja de los derechos humanos fabrica un abanico. -Señola, animelse ustel, su honorable hijo Farrukito saldra hecho un Samual Sam, y no un depleciable Sandokan. La mujer dejando caer una lagrima maternal escucha a lo lejos los grito de su hijo diciendo que la va a matar cuando salga. Se levanta de la mesa camilla sudando. Mira una cruz colgada de la pared. El golpe de un cráneo chocando contra una pared le recuerdan el sonido de los martillazos al clavar a Cristo en la cruz . Santiguándose le pregunta piadosa a la cruz cubriéndose cómo puede el escote: OH Señor ¿ he hecho bien? Pum, pam, pum, se oye desde una celda, y la joven madre piensa que Cristo le dice:- Si hija mía. El concejalito de bienestar social y paz, el señorito Don Judas Sanchéz, haciendo de burgués triunfador, vestido elegante para celebrar con el PP el final del estado social y de derecho español pasea por la habitación en traje, corbata, gomina pegada en los pocos pelos que tiene. Coge la botella de coñac que hay sobre la mesa del despacho. Da de beber a la coima que traga sin problemas el liquido rojo de un golpe. Levanta, y se va sola repleta de paz. El japones hace una reverencia oriental , sonríe cómo un robot estúpido al concejal que abraza al cura. Recaredo exclama jocoso un sacrosanto: aleluya. -Ya tenemos otro, los fondo que van a llover- dice eufórico el rechoncho Recadero Centelles. -El centro de alto rendimiento para huérfanos será todo un éxito. El PP garantiza recursos humanos para cinco generaciones en todos los campos imaginables: experimentación, alto rendimiento, nuevos sacerdotes, subvenciones de Europa…- hace guiño al cura; dirigiéndose al oriental- para ustedes amigos asiáticos- trabajadores que limpien los reactores de Fikusima y mano de obra barata de usar y tirar. -Los delechos humanos es lo i mpoltante pal Japón- exclama Chu-Li emitiendo una mueca femenina y estúpida típica de esa raza limonera. -Si Chu-li, los derechos humanos es lo importante para su empresa nuclear, por eso han comprado en bolsa a precios de saldo de la colonia Española : hospicios de España S.A. ! Será para defender la vida infantil de los latinos! ¿verdad, eh, Chu-Li?- Le recuerda cínico el concejal de bienestar social y paz perpetua de vall d’ Uixó. Chu-Li devuelve un saludo femenino mirando cómo un samurai budista el alma del concejalito a través de sus ojos rasgados y piel de hepático. La luminaria del cuarto incide sobre su cráneo medio calvo y engominado al sádico del concejalito de bienestar social y paz. Le resbalan a su mano 30 brillantes monedas que le extiende Recadero. El brutal sacerdote, hombre grueso, carente de modales y de educación, jovial acude a una silla, se arromanga las sotanas hasta las rodillas, estira las piernas, las abre bajo la cruz semejando un tonel a punto de reventar. Sus papadas se mueven al respirar dificultoso de muchos cocidos en España y lasañas del vaticano. Ding, dong, llama la campana del hospicio Segarra y asociación de dementes Afanias. -Mi hijo no, mi hijo no, mi hijo no- chilla una joven que es empujada por un farandul malcarado de raza merchera que la arrastra de los pelos. Bajo un matón militar unas manitas pequeñas y morenas se levantan entre el mar de lana vieja que le cubre en pleno agosto abrasador. El calorrillo empieza a llorar. Los locos abandonados en el hospicio Segarra- Afanias, sometidos bajo la tutela de las monjas , chillan y berrean. Los huérfanos, los delincuentes juveniles de barrio, los criminales , los vagabundos, que se recogen en el hospicio son solidarios con los gritos de la madre. Golpean los barrotes a modo de queja. -Dejad a la madre, dejad a la madre- chillan histéricos los recluidos, una conciencia casi humana surge en las mentes perturbadas de estos desgraciados. -Porras y agua a presión en las celdas – grita histérico con gesto de autócrata el concejal de bienestar social. Los celadores y las monjas muestran cumplen entregados las ordenes mientras el cura, el japones y concejal salen a la calle. Llamen al jefe del hospicio, dígale que a lo mejor tenemos un código rojo – ordena sobresaltado del escándalo a la recepcionista del hall el concejal de bienestar y paz.
Frente la puerta enrejada de bisagras chirriantes y oxidadas del viejo hospital Segarra que aun guarda en la puerta la cinta inaugural que corto el Caudillo,surge la sombra salida de la miseria del desempleo una joven marginal de 16 años en minifalda, sin ocultar apenas su cuerpo anoréxico, acostumbrado a exhibirlo orgullosa de forma indecente. Detiene su paso tambaleante y forzado, oponiéndose con sus últimas fuerzas ante la reja pese los empujones del golfo que la acompaña. Siente cómo Eva cuando peco, la madre de la que descienden todos los judíos, los moros, incluso los cristianos y los ateos,vergüenza ante la miradas que la señalan. Su novio, el torete, un joven con el pelo de punta a lo chonis, latino moreno experto en Konfu, bicicletas de descenso, discotecas bakaladeras, cacaína y BMW, alterado ante las autoridades ante las cuales él no es nada, el inferior fascista de barrio tartamudeando exclama: -tra-tra- tra-tra-igo, a -a- a-a, mi hi-hi-hijo. Nos.. o …tros, no po-po-demos te–te–nerlo -hace gesto de pollo de corral estirando el cuello venudo -Nos han qui-qui-qui-ta-ta-ta-do-do la pa-pa-ga de 400 eeeuros de Zapa-teee-ro. Yo no ten-ten-ten-go-go pa-pa-dres, más que el ba-ba-ba-rrio – El concejal de paz y bienestar extiende la mano al joven bajando los peldaños. La hiena sonríe erizándose los pelos de los brazos ante la presencia del macarra, insignificante, estandarizado, pero vital para la nación y la ideología del PP: crear un estado batueco-chonis. -Se comprende, pasar y hablamos- le dice, hace señal de entendimiento al joven Torete. La golfa chilla de nuevo: -No, mi hijo, mi hijito, mi Riqui Marti, no, no,no. Lo tuví de guachi mana 8 mese en mis entrañas. Por Dios Torete, por Jesucristo todo poderoso, dejailo conmigo que tu eres el que lo ha hecho, tu y tu solo, tu, te lo juro mi amor, por el señor que me castigue si miento-
-calla so golfa- suena el aplauso merecido de la ostia dada en la cara de la bullera chonis con titulo de gogo. El chiquillo berrea dolorido al caer al suelo, su madre haciendo muestras de desesperación recibe una patada en la boca de confu que la tranquiliza. El japones infantil, afeminado, se escandaliza de los poco honorables procedimientos de persuasión de una de las partes. El concejalito le para con su mano derecha al verlo moverse hacia el gachupín entendido de artes asiaticas. -Chu-li, esto no es Japón, aquí somos desangre caliente y esa mujer es un golfa, esa putilla recibe lo suyo, es de ley- Don Judas Sánchez ilustra sobre las costumbres de la patria del Quijote al enamorado amarillo del arte universal de Paco de Lucia y Chimo Bayo. Chu- Li, quieto, extrañado, defraudado con los hidalgos españoles que conquistaron el Perú agacha la mirada y da la espalda cómo un combatiente de Sumo ante un enemigo herido de forma innoble. Aprieta sus diminutos puños de teletabi y aguanta los chillido de la joven española medio desnuda, mostrando el tanga de leopardo de los días importantes y los pearcing de Jesucristo, el señor, en el ombligo, nariz, lengua y labios. Se agita por los suelo agarrando a su hijo amoratado de un pie : – Torete por Dios te lo pido, por el de la cruz que es el más grande, mi hijo es lo más grande que tengo. El horóscopo dice que será torero , nos dará guita. Torete, tu no me amas, Torete tu me matas. Torete, torete, no, no, que me quitas la chulería y la vida – grita en los peldaños de afanias hospicio Segarra la coima humillada ante la mirada lunar, redonda de botafumeiros y fetichista de las monjas que han salido a ver la trifurca cristiana. La fachada con el reloj en lo alto marca las 12 del medio día, la hora en que colgaron a Jesucristo. El sol calienta el asfalto, las chicharras vuelan y son cazadas por los locos y niños del orfanato. Una nueve de palos cae sobre la chica, los celadores la entran y la sedan. La recepcionista da los buenos días a la pareja y sigue intentando ponerse en contacto con el director que ha descolgado el teléfono mientras discute con Emiliano el anarquista. El torete nervioso, con todo tipo de tic causado por las drogas y su estancia en la legión pasea chulete, triunfador, levantando la mano a varios discapacitados. El concejalito le hace firmar en una instancia de la nuclear fukusima- Nagasaki sobre la adopción de su hijo que irá a Japón donde tendrá una educación publica y de calidad cosa que en Vall d’ Uixó sería impensable. Torete sale con su gachupina. Se abrazan y se aman, el chica lame los labios de Torete con algo de sangre en su boca. Necesitada de amor le abraza, le habla dulce, poseída por la entrega a su amante hispanis : -Torete, torete, dime por Dios nuestro señor que nunca me abandonaras. -Jamas te dejare, Vane, jamas, te quiero, te quiero. Te lo juro por mis hijos y por nuestro señor Jesucristo. Te quiero Vane, te quiero.

Angelillo de Uixó.