Ave que naciste libre
y de sosegado vuelo,
entusiasmando al cielo
con tu plumaje bello
de añil, dorado
y en tu cabeza ... fuego
Ara es tu nombre
y pronto alzaste vuelo
y junto con otras aves
fuiste libre, cantando
una elegía, sin saberlo.
Peregrina que alegre
a árboles altos fuiste
para sus hojas adornar
y con plenitud disfrutar.
La perfección no es tuya
llegándote el infortunio
cuando el sueño te abatió,
durante el plenilunio.
Pesadas tus bellas alas,
imposible, no podías volar
estabas en una tétrica cárcel
y sin culpa, que pagar,
lenta sus alas bajó
y al barrote se aferró
resignada a su suerte
aunque preferiría... la muerte.