Cuándo la ausencia se hizo más grande que la presencia, me recrimino las esclavitudes, ruego por ir a un lugar distinto, creo entender tan poco, siento entender tan poco, cada dolor de cráneo es un dolor punzante, un chillido de las cadenas, que tan compleja y asquerosa puede ser esta existencia, simple y hermosa existencia, hay tantas preguntas y cosas por resolver, yo disfruto estar sentado, mirar al cielo e imaginarme los astros, pensar que no somos una mierda en esta alcantarilla, es mejor silenciarse las nariz y no oler este agujero, el abismo reductor de inocencia, de eso se trata crecer, poder vencer la pregunta; para qué la ausencia se hizo más grande que la presencia, por qué presencia no es más importante que la ausencia, disfruto también de hecharle humos y tengo el descaro de notar el humo de la tierea, en el horizonte con las tortas de tierra, no les da ni tristeza, en otros lugares lo están pasando peor, encontramos el camino para soltar las carcajadas, siempre se me dieron las palabras serías o jugar a tenerlas, arrojarle estas letras, ver cómo se desparraman en el suelo, en el suelo de esta página, nunca fui bueno para cuidar lápices, puta tecnología de tenerlas.