Rendida a tus pies
Alegres castañuelas repican en mi cabeza,
inundando de sonoros cánticos mi vida,
con lindas notas musicales mi cuerpo vibra,
hasta llenar de felicidad mi existencia.
¿Cómo has podido lograr esto?
me he preguntado algunas veces,
pues has llegado a iluminar mis días
transformando quimeras en sentidas alegrías.
Ángel que te volviste mortal,
para amarme hasta el cansancio,
para ser mi amoroso y fiel guardián,
que a ojos cerrados me guía paso a paso.
Rendida a tus pies me encuentro,
abandono mi estado de tristeza,
quito el candado y el cerrojo
que un mal amor puso dejándome presa.
Siente mi corazón palpitar,
vivo con el alma abierta para amar,
sumisa ante tus deseos estoy,
presta a cumplir todos tus caprichos de amor…