Como decía la madre Santa Teresa de Calcuta,
el amor tiene que fluir,...
es su naturaleza,
si desaparecen las personas a las que cubríamos con él,
aparecen otras con deseo de recibirlo,
y además te lo devuelven
en forma de gratitud,
una gratitud profunda,
reflejada en los ojos,
unos ojos que dejan salir el alma
y es ésta la que personalmente la entrega,
unos ojos que sin hablar
lo dicen todo...
almas que se relacionan sin necesidad de palabras...