Bienvenido, pronunció la partera, bendición, dijeron las letras.
Entre sollozos y lágrimas, creaste tu primera poesía,
Nacía una leyenda, y pocos lo sabían.
En cada línea de tu prosa, aportaste sueños, cordura,
Deleitaste a tantas mentes, con tus rimas y fantasías.
Elegante, cautivante, reflexivo, letras sueltas, que definen tu inconfundible estilo.
Tu pluma será eterna, perpetua,
Tu legado sobrevuela en el aire, en cada plaza, bar o biblioteca.
Imagino que estás en el cielo, a la vera de otros genios. Gracias Benedetti, único y eterno.
Cristian D.
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