Triste atardecer que inquietas mi alma,
Te vas marchando y sin luz mi corazón se va quedando.
Siento tu silencio reflejada en la cristalidad del agua,
La flora y la fauna te acompañan en la intensidad de amor que te resguardan.
Hoy te escribo con afecto y con mi gran amor,
Sin embargo con tu despedida vas dejando en mi un inmenso dolor.
El cielo enojado por afecto de tu descuido,
Mis lágrimas hacia ti por mi corazón de niño.
Esta tarde mis ojos ven nuevamente tu despedida y tu triste adiós.
El cielo deja caer su primera lágrima y yo para verte marchar,
Hago del verde pasto una bella cama.
Me encierro en un mar de sentimientos,
Y vuelvo a llorar perdiendo así mi triste calma.
Porque no se a donde mi amor irá a parar...
Oh! Triste atardecer...
No me des tú pronto adiós porque mi mundo
gira en torno a un mundo sin color...
Oh! Triste atardecer solo tu cierras mis ojos,
Y te llevas mis suspiros cobijados en tu sombra,
Que me vas dejando a cambio de tu partida,
Así son mis lágrimas de llanto, cada día por tu triste despedida.
Llega el viento que me abraza y me cura las secuelas de este amor que tanto te anhela,
Y me devuelve el suspiro...
Oh! Triste atardecer aunque me digas adiós se que te volveré a ver.
Autor: Mario Barroso