¿Por qué Dios te la llevaste?
y en tristezas nos dejaste
suspirando su partida,
sabiendo del gran cariño
que nos daba desde niño
arriesgando aún la vida.
Descascaradas paredes
cercan lo que serán sedes
del silencio sepulcral.
Rompe su monotonía
cruel sollozo que se oía
totalmente demencial.
Es el llanto familiar
que se percibe al cruzar
las puertas del camposanto,
en visita a los que un día
nos llenaron de alegría,
y hoy, causantes de ese llanto.
Abrumado totalmente
de sentimiento absorbente,
y contenerme, incapaz,
ansío tranquilidad
y que en total soledad
descansen por siempre en paz.-
Por: Alejandro O. de León Soto
Tijuana, BCN. MÉXICO, Jun 20/16