Las flores de la vida,
hijos e hijas,
amigos y amigas,
perfuman la familia
y se ofrendan arriba,
más no en una tumba fría.
La vida es una oportunidad
que debemos aprovechar,
enalteciendo a Dios,
respetando a los demás,
con azucenas y lirios,
sin odios ni martirios.
Las flores de la vida,
son la vida misma,
que con bonitos colores,
pincelan su andar,
con odas y primores,
que merman en la urbe,
sin sabores y rencores;
atropellos insolentes,
sin sentido y dementes,
que evaden el don de gente,
que debe prevalecer
en un mundo diferente.
Las flores de tu ser
las quiero tener,
adornando la senda,
camino del presente,
por siempre consecuente.