Húmeda…
desciende la lluvia por el asfalto
rio urbano donde naves de papel
se pierden, escapando de su encierro
en un ahogado espacio entre legajos.
Húmeda…
roja tinta que emborrona la agenda
en los márgenes donde suspira
apenas en proyecto, un corazón
color que rompe la inercia de cada día.
Húmeda…
la noche a través del cristal mojado
donde rendida, se apoya la mano
que vela entre sombras, las horas sin sueño
entre el desaliento, el silencio y el llanto.
Húmeda…
la almohada que sepulta el lamento
de ese espacio abierto en una cama
infierno, que dos trincheras franquean
aunque en un tiempo fueran una sola.