Aquí sentado en la orilla me encuentro
vibrando en inviolados pensamientos,
cautivo en las penumbras... en el fuego
del lúdico cristal los rumbos rotos.
En la oquedad de los sonoros ecos
flor de los más íntimos sentimientos,
del alma y la razón los recovecos
tan inherentes en mi torva esencia.
Vociferante evoca mí silencio
un soplo misterioso… la gran numen
de luz, de sombras, hoy viva llama,
matiz inexorable de mis olas.
Hugo Blair M.
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