Para encontrar algo
hay que saber lo que se busca,
lo deseado, añorado o perdido
¡Cuántos tesoros he pasado por alto
al no darme cuenta de su valía!
Querer es poder dicen algunos
pero hay que merecer primero,
hay que disponer un refugio
que permita el acogimiento
del deseo sentido.
La desconocida presencia te inquieta
pero no la rehúyas cuando aparezca,
no la temas,
reconócela en tus latidos,
en el calor que irradia su existencia.
Cuando el amor me ha rozado
ha sido de forma suave, casi imperceptible,
provocándome a penas un parpadeo
-un inconsciente reflejo-
ante el destello inesperado.
Mi endurecida piel, ya en coraza convertida,
ni se ha enterado
¿Por qué no anuncias claramente tu venida?
¿Por qué no me hieres o me abrazas?
¿Por qué no tocan las campanas a tu llegada?
Aclárame la mente un rato,
oh diosa del amor esquiva.
Déjame que te sienta y te viva.
Permite que pueda en tí concentrarme,
que pueda escuchar el acorde que terminas
de la armonía incompleta de mi vida.
Detente ante mi casa y no pases de largo,
déjate de sutiles saludos,
zarandéame y grita: \"Soy yo,
la que estabas esperando\"
Pero solo los sueños abren mi carne
mientras la realidad se me evapora...
disipándose en el aire.
Lugama
Mayo 2016