Anoche
caminando junto a la orilla del mar,
se deleitaban mis ojos con tal belleza,
veían un cielo lleno de luz,
lleno de magia,
me transportaban a infinitos mundos,
colmaba mi alma… de emociones,
de cosas gratas.
Golpeado por el éxtasis,
admiraba el firmamento,
entonces…. continué caminando,
…… poco a poco,
a la orilla del mar,
las olas acariciaban mis pies,
sobando… con suave letanía,
admiraba toda la belleza,
con alegres pasos,
danzaba mi corazón.
De pronto,
apareció una mujer,
hermosa,
sentada sobre una roca,
de pelo negro,….largo como mi peregrinar,
de grata piel,
parecía…. una diosa.
A medida que me acercaba,
mi cuerpo temblaba,
le llegue por detrás,
sin hacer ruido,
me pose ….
volteó y se levantó,
… sentí su espera,
sus ojos como dos luceros,
encantaban mi impaciente ser,
me miraban, llenos de pasión,
me tomo de las manos,
sin mediar palabras,
tomo mis labios entre los suyos,
juntos… fundimos nuestros cuerpos,
Dios… sentí que me transportaba.
Hechizado……
me deje llevar por el roce de su piel,
perplejo de su belleza,
enamoraba mis sentidos,
cada minuto de gloria.
Caminamos nuestros cuerpos,
desnudos en la playa,
se deleitaban hasta el cansancio.
Pasada la media noche,
casi al amanecer,
se encontraban dos cuerpos,
cansados sobre la arena,
agotados de placer,
solo se oían las olas,
acobijando nuestro ser,
mojando nuestra piel.
Al amanecer,
entre dormido abro mis ojos,
solo veo vegetación,
un sol radiante,
que empezaba a resplandecer,
me levantó,
la busco por todos lados,
y nada de esa mujer,
me detengo,
me miro,
entonces……. me doy cuenta,
que tengo mi ropa puesta,
que todo fué un sueño.
Desde entonces cada noche
recorro el mismo camino,
con la silente esperanza,
de volverla a tener.
Han pasado los años,
Solo… me queda de ella,
aquel momento feliz,
……. una noche mágica
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