Amigo, yo soy demasiado triste:
sobre mi testa habita algo salobre,
Mar Muerto lleno de mi sed, y sobre
mis tuétanos un réquiem que me viste.
Amigo, yo jamás mi tacto asomo
porque, no sé decirlo; tengo pena
y aunque es tan mía, a veces llora ajena
y no se sacia hasta herir mi lomo.
Amigo, oye; mis trinos son satíricos,
como marfiles ájidos y esbeltos
que balarán en una fiesta hereje,
cuando a la tarde lloren mis empíricos
nervios gastados y mis huesos sueltos
sufran la soledad de mi cruel eje.
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David John Morales Arriola