Soy un tío raro en camino hacia mi propio vacío.
Poco a poco me vacío de sentires.
De joven aprendiz de hombre, empecé a fumar porque todos los de esa edad lo hacían y
yo no quería ser menos.
Fumé mucho y fumaba para calmar el ansia de fumar,
pero el fumeteo me empezó a estresar,
y dejé de fumar poco a poco y sin proponérmelo.
Dejé de fumar por que sí, me estresaba y punto.
También empecé a odiar lo que era menester,
lo hacía con la calma que requiere el saborear a gusto los odios de uno.
Odiar también me empezó a angustiar,
así que perdí el vicio de odiar con calma,
como perdí el de fumar para calmarme.
Dejé de odiar con el placer de odiar.
Ahora odio de golpe y eso no me da placer, eso es un martirio.
Me preocupa que algo me empiece a estresar,
porque el estrés me vacía de vicios y de sentires.
Y como siga así, me quedo vacío de sentires y lleno de martirios,
Dios me libre de martirios y me deje como estoy, con mis vicios incluidos.
Amén.
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