FELINA

¡UNA LUZ AL FINAL DEL TUNEL!

 


Le preguntaba a Dios, con mi pensamiento implorante, también de incertidumbre ¡el por qué me llevaba! Sí mis hijos, me necesitaban, yo sabía que no tenía escapatoria y, es que uno sabe cuándo se está muriendo, pasaban imágenes como una película de mi vida, desde cuando era niña, vi mi vida, resumida en un instante…El frio que sentía era terrible, también sentía náuseas, sentía que el estómago se pegaba con la espalda, estaba inmóvil, lo único que podía mover era los ojos, que se movían involuntariamente, no los podía controlar, ellos giraban en círculo, sin poderlos detener y nada veía… Como tampoco veía una esperanza de salvación y más cuando el médico le dijo al otro médico, llame al padre, para que le ponga los santos óleos a esta niña, porque se nos está yendo, ya nada se puede hacer por ella, ya no hay manera de hacerle un legrado, tiene anemia aguda… y es que la sangre que me colocaban salía de nuevo…al escuchar esto sentí una angustia infinita, desesperación, por la vida querer retener, no sabía cómo hacerlo, me sentí impotente…llegó el sacerdote, me colocó los santos óleos, yo no lo veía, sólo sentía que sus dedos me hacían unas cruces en diferentes partes de mi cara, la cual estaba bañada en llanto, lágrimas, que se fusionaban con la sangre…en esos momentos sentía que mi cuerpo no existía, no tenía materia, no sentía el peso, me sentía más liviana que una pluma… me fui asfixiando y en mi  ahogo sentía, algo que me salía del cuerpo por la boca, hice tres veces suspiros ahogados…de repente aparecí en un túnel…una fuerza me llevaba, ya no tenía frio, tampoco sentía el cuerpo, era liviana como un algodón, no sabía, si tenía cuerpo o no, pero al mirar hacia abajo, veía mi cuerpo, eran imágenes difusas que no lograba precisar, enfermeras y médicos, lo sé porque vestían batas blancas y se movían alrededor de la sala, en donde estaba, esas siluetas que acercaban a mí ,me tapaban con una sábana blanca, pero no lograba ver sus rostros…Este túnel era una hermosura, sus paredes de cristal como los vitrales de las iglesias, con diferentes colores, una luz muy blanca y extremadamente brillante, pero sin ser fastidiosa para los ojos, me daba un calorcito que me reconfortaba, pero yo estaba triste, le decía a Dios, el cual no vi , sólo me imaginaba que estaba allí…le decía, Dios por qué me hiciste esto, por qué me trajiste sin yo querer, acaso no ves que mis hijos me necesitan? Yo sólo pensaba  en mis pequeños hijos y en nadie más…De repente, la misma fuerza, que me llevaba por el centro del túnel,( yo no iba caminando era flotando, )esa misma fuerza que me impulsaba, de repente me devolvía…ya no supe más, la visión se fue, ni siquiera vi tinieblas, como si no existiera….había transcurrido un mes desde aquella fecha, fecha de jueves santo…cuando abrí los ojos de nuevo, sólo vi una luz y no sabía en dónde estaba, volví a cerrar los ojos y así transcurrieron varios días…De pronto empecé a escuchar llantos de bebes recién nacidos, yo no sabía en dónde estaba y poco a poco, empecé a abrir los ojos, pero no me acordaba quien era yo…sólo sabía que estaba sola, en un cuarto con paredes blancas y una cama muy fría, estaba conectada a unos aparatos y mi brazo era impresionantemente inflamado, parecía el del hombre increíble, también estaba multicolor, verde morado, vino tinto y amarillo…poco a poco fui recobrando mis recuerdos, entonces me di cuenta que no estaba muerta, me sentí demasiado feliz, pero también triste, de ver que no tenía a mi bebé, ni siquiera supe, si fue niño o niña, porque salió en pedazos (esto me marcó la vida, la pérdida de un hijo nunca se supera)…un médico me acariciaba la cabeza y me decía, tú a quien tienes allá arriba, tú con quien tienes pacto que volviste a la vida…esto no fue obra de la medicina, me decía asombrado, estabas clínicamente muerta…yo le respondí, con voz temblorosa por la debilidad, doctor, no será mi hermana gemela? Yo soy gemela pero mi hermanita murió, él me decía, hay que verlo para creerlo, volviste de la muerte….La enfermera me comentó cómo volví de la muerte, me decía, que había una compañera que era muy curiosa, y le dijo a otra enfermera que fuera y me mirara, que yo había quedado como un fantasma, vino tinto alrededor de los ojos y blanca, ni siquiera pálida, blanca del color de la cal…cuando ella levantó la sábana para mirarme, vio algún movimiento en mí, llamó a los médicos, pero ellos decían que era imposible, que estaba desconectada y sin vida, ella seguía insistiendo, hasta que le hicieron caso, llevaron los aparatos de resucitar y volví a respirar, creo yo, que fue en el preciso momento, que Dios me devolvió por el túnel…De ahí, en adelante fueron dos meses en estado de coma…El calvario siguió…al estar sin sangre,  tampoco me movía y no podía con la cabeza, me tenían que trasplantar glóbulos, el peligro de morir aquí no terminaba…No me podían operar, por la anemia que tenía, me colocaron muchas bolsas de sangre, pero ya no me podían colocar más…estaba a punto de un infarto, esto si fue un verdadero calvario, todo lo que vino después…sólo les resumo que cuando salí de la clínica, estaba cómo un bebé, no podía con la cabeza, tampoco caminar, me tocó quedarme en el suelo, en un colchón, en la sala de mi casa, no me podían subir al segundo piso, cualquier movimiento brusco me podía provocar un infarto y lo peor de todo, el alma se me arrugaba de ver a mi niño en la cuna al lado mío, estirando las manitos para que lo cargara y yo sin poder hacerlo, llorábamos todo el tiempo , ni siquiera le podía dar biberón, mi esposo tenía que pedir permiso en el trabajo para ir a hasta la casa a alimentarnos, ya que yo estaba sola… esto para mí fue tan amargo, la nena ya se la había llevado mi familia, para mi tierra natal que es Armenia., Sin importar los peligros del viaje en avión, tomé la decisión de irme para donde mi familia, tenía que recuperar sangre, para poder operarme , me tenían que trasplantar glóbulos .Gracias a Dios pude realizar el viaje… me esperaron en el aeropuerto y con mucho cuidado a la casa de mis padres me llevaron…Duré un mes y medio en cama, mi madre me preparaba caldos peligrosos según ella, que hacían levantar a los muertos, me hicieron tomar tantas pócimas, ahora me acuerdo y me da risa jajajajjajajaja. Lo cierto es que cuando volví a la otra ciudad, me vieron los médicos y se quedaron asombrados de mi recuperación, ya no me tenían que hacer la operación de glóbulos, había recuperado el 50% de la sangre.

Así pasé un tiempo, cuando empecé a sentir dolores muy fuertes en mi espalda y estómago, me hacían exámenes todo el tiempo, sin tener éxito, no se sabía por qué eran dichos dolores, el médico me dijo que para lograr saber había que abrir y así fue…Debido a que el feto se malogró y se quedó tanto tiempo en el útero, se descompuso y me infectó. Los intestinos estaban enrollados y pegados en el ovario, el apéndice estaba para reventar, tenía 30 cálculos en la vesícula, la cual me sacaron porque estaba negra y otras complicaciones más, en total me hicieron 5 intervenciones en diferentes partes, con sus respectivas heridas, esto fue en un solo día.

Y aquí estoy más viva que nunca, agradeciéndole a Dios, por la oportunidad de vida, ya sentí como es morir y me aferro a la vida, con las garras de una felina … Yo sí sé que es vivir…¡Qué viva la vida!

Y saben que fue lo mejor? Que no perdí el útero, ni los ovarios, después de eso tuve dos retoños más…. Amigos, no les quiero obligar a que crean esta historia, pero con la mano en la biblia y con el alma en la pluma, les aseguro que con forme se las narré así sucedió….quise compartirla con todos, porque los considero mis amigos y un amigo es para estar en las buenas y en las malas…gracias por brindarme la amistad, la solidaridad en mi dolor y por tanto cariño, así lo siento yo, cariño que es reciproco.

Felina