De Cupido tu arpón…tu saetía…
asestados mis ojos me despierto,
alborece mi campo…un gol advierto…
cuando soy de tus labios la sandía.
Eres ladrón, poeta y policía,
por conseguir mi corazón abierto,
por llevarme en tus brazos como injerto
en la cruzada estrecha de este día.
Y no es robo, ni juego, ni cantares…
es que somos iguales en el gusto
y empatan nuestras fibras los azares.
Ya todos tus sabores los degusto
por ser bello capullo de azahares
que préndese de amor sobre mi busto.