Aunque largo se hace el tiempo
mirando atrás corto fue
y desde que con cinco años
jugásemos al esconder
casi veinticinco años
pasaron como ahora ves.
Circunstancias muy distintas
las de ahora y las de entonces
unos padres que marcharon
dejando atrás sus raíces
que volvían cada verano
y sus hijos conocían felices.
Conocías en cada instante
las historias y sus lugares
donde con tu edad tu padre
vivió cosas memorables.
En aquel pueblo extremeño
de nombre Fuentes de León
compartimos tantos Agostos
que nos sirvieron de unión.
Amistad tenaz la nuestra
que no se perdió en el tiempo
y después de tantos años
en Barcelona me encuentro
celebrando en este día
la boda quizá que en sueños
imaginamos un día
de aquellos Agostos nuestros.
Pensábamos y discutíamos
quién se casaría primero
quién se quedaría soltera
y cuándo eso sería un recuerdo
Recuerdos innumerables
guardamos de aquellos tiempos
cartas de unos cuantos folios
largas charlas al teléfono.
Aunque dicen que la distancia
se alía con el olvido
y las tareas cotidianas
van desgastando los vínculos
siempre guardamos en nosotras
un huequito en nuestro interior
que en momentos de nostalgia
nos conmovía el corazón.
Siempre hubo fechas concretas
días claves en nuestras vidas
y por mucho tiempo y distancia
que separasen a estas amigas
hacíamos un alto en el tiempo
tomábamos alguna medida
para que aunque fuera un minuto
nos felicitásemos en ese día.
Con el tiempo y sin pensarlo
lo que un día imaginamos
ese amor en nuestras vidas
que es difícil encontrarlo
tal vez un rayo de luz
o quizá fuera un flechazo
hizo llegar hasta ti
a quien hoy llevas de tu mano
jurándoos para siempre
que seguiréis amándoos.
Y yo desde aquí os digo
y debéis considerarlo
que ante todo seáis amigos
y ante dudas y fracasos
sepáis buscar en el otro
lo mejor entre sus brazos.
Os deseo que seáis felices
y que todos los que estamos
lo observemos cada día
y así como hoy
podamos felicitaros.