Amanecer de Luna, sombra y castigo.
El amanecer es triste y somnoliento,
con la luna asomada
sobre las secas casas y terrenos.
Con estas palabras, ésta mañana que ha amanecido con la luna, quería empezar el siguiente poema, más el trabajo manual de mi huerta me lo ha impedido, sin que esa visión de la luna no dejara de caer dentro de mí, como cuando se refleja o cae en los estanques o en un pozo.
La imagen de la luna, símbolo supremo de la lucha exterior e interior en el hombre, es vencida en el verso trascendiendo del caos a la depresión a un estado de armonía e inapetencia sin precedentes en el baile de la represión.
I.
El amanecer es triste y somnoliento,
con la luna asomada,
sobre secas casas y terrenos.
A mis primeros pasos en la mañana,
no me acompaña el deseo.
Es el sueño lo que retumba en mis sienes
bajando al huerto.
En mis sueños el juez :
“Es usted culpable de violar a un perro,
tres años de prisión para el caballero”
Yo escucho las risas y las burlas
por donde paso.
Solo en mi soledad encuentro consuelo,
ante un pueblo de mala gente.
Borrachos de mala luna,
estacionados en sus pesares.
No conocen más que la fiesta,
y desprecian cuanto no conocen.
Sucumben a la fricción de un instinto
poseerlo todo.
Y lloran como niños desconsolados,
con la luna entre las manos.
Yo no tengo esa tensión,
el mundo es para mi tristeza y melancolía,
lleno de belleza por todo lo perdido.
Llorad todos conmigo.
Angelillo de Uixó.