Atrapado sin remedio
esclavizado de tedio,
bajo la luz cautelar
de sombría habitación
se siente la sensación
de algo que está por pasar.
Las horas pasan despacio,
que el reloj marca reacio
a detener su carrera;
se escuchan las campanadas
de las torres que ya aisladas
la mano fabril bruñera.
Nos dicen que por la noche
se aparece aquel fantoche,
preocupando a la gente
los hace temblar de susto,
siendo el descanso a disgusto
-en el ambiente se siente-
Pero la noche decrece
y el ente no se aparece,
y si de narrar me excedo
mucha paciencia les pido
mientras tanto me despido
¡el fantoche tuvo miedo!
Por: Alejandro O. de León Soto
Tijuana, BCN. MÉXICO, Mayo 23/16