Pegaso poeta

Así pues

¡Acuérdate!  -me dijo

y yo rezongué: "no me interesa",

"tú puedes sin mí", "no te necesito".

 

Así pues me decidí y me alejé,

sin volver la vista atrás

sin saber que no lo volvería a ver sonreír

 

Ese mismo día, antes del atardecer

se me subió a la cabeza

y ahí se quedó, se acomodó

 

Me llené de soberbia

 

Mi yo honesto nunca volvió.