Puedo sentirte; no comprendo.
Entre nubes estoy recayendo.
Lejos, oigo gritos,
Mi alma los escucha,
Mi mente lucha contra los mitos.
El viento trae rosas amarillas,
Flores de colores rosa flotan en la orilla,
Sueños convertidos en pesadillas.
Abandonado, jamás,
Te llevo en mi corazón soldado,
Me acompañas a todos lados.
Me enamoré de la belleza en sí,
De tu alma, de tu existir,
De tu calma y mi paciencia a seguir,
De tu inteligencia,
De la más mínima incoherencia que coherente me hace sufrir,
Me enamoré del dolor y su inocencia,
Todas las noches con frecuencia dejé de dormir,
Me embelesó la luna,
En la madrugada al sol le pediré fortuna,
Rosas rojo amor y pasión, si no me lees pues ninguna...
Cómo puedo hallar tu corazón...
Estoy entre aguas de laguna cayendo en el mismo error,
Solamente un delirio más de mi colección,
Puede ser mi ángel divino que volvió por su razón,
El colocón del vino,
El humo interesante de la pipa que sujeto en este instante,
Disparo eco tras la línea de salida,
Llevo tiempo ya corriendo emprendiendo una huída,
Me quedé atrapada, escondida en el mundo de la nada,
Llegué a ser atrevida, pero lo que fuí ayer ya no forma planes dentro de mi vida,
Solamente cambié, quise sanar la herida,
Mudé de piel, me deshice de sentimientos de querida,
Me enfadé y me perdoné por darme por vencida,
Lo que es eterno nunca tiene una despedida.