Hay amores que son para siempre
aunque no vivan juntos.
Anónimo
He besado tus labios sin rozarlos siquiera,
he gritado tu nombre sin herir mi garganta,
he seguido tus pasos sin salir de mi casa,
me he acostado contigo sin tenerte en mi cama.
Y es que nuestro romance es algo muy distinto,
nace desde la sombra y vive en la penumbra,
es nube que aparece y se marcha de pronto,
es hoja que se mece a capricho del viento.
No me extraña que anoche me tildaras de loco
tan sólo porque oíste tu nombre en la distancia
que lo grité en silencio con alaridos sordos
para ser escuchados solo por ti en tu estancia.
Gracias por tus caricias que llegan a mis poros
con la magia de nubia que emerge de la noche.
Gracias por esos besos en bandeja de plata
que han dejado mis labios húmedos y fragantes,
Gracias por esos besos que nunca me entregaste.
¿Sabes? A mí me gusta ver el cielo en la noche
y oír la algarabía de los que ya se fueron.
Ver duendes retozando en mis horas de insomnio
y ninfas voladoras con alas transparentes.
Me gusta disfrutarlas porque son irreales
y lo que ven mis ojos son pura fantasía.
Son fantasía pura como los besos tuyos,
besos que no me diste y sin embargo siento.
Son fantasía pura como el amor que hacemos
presos en un espacio y un tiempo que no existen.
San Rafael, California, mayo, 2005