J.R.Infante

Porque es preciso

Porque es preciso mantener

la llama,

ha de vencerse su fiereza.

                                         Devoran

cuanto encuentran a su paso.

                                             Caen

incesantes las hojas

y clavan dentelladas mortales

mientas sonreímos indefensos.

Los besos duermen

el letargo de la enorme

velocidad de partida.

                                 Amarillea

el candil y un día

nos damos cuenta

que los versos son sólo líneas,

frases.

El cúmulo de horas

nos estrangula las venas;

recuperar las caricias

se convierte en cruzada

contra el fiel deslizamiento

de las arenas del

reloj.

Si se agotara la llama

¿qué sería de nuestros antepasados?

                                                        De aquellos

que ocuparan versos de amor

eterno

en la primera fila

de la lista de los principales.

Aunque no haya ojos que reflejen

y los bellos no se ericen

al contacto de la piel,

                                  saludemos

la presencia del fuego interno

que surge semiesporádico

para evitar víctimas

por congelación.