¡Oh, loroco de mi rica tierra canela!
¡Ay, rosa de la estirpe cuscatleca!
¡Tu aroma es tan profundo como el río Lempa!
¡Ay! Dentro de tus blandas venas,
la pura Esencia penetrada llevas
para desmentir los mitos
de las quejas.
¡Oh, loroco querido!
¡Oh, flor Omega eres fruto
de las manos tibias y morenas
que día a día rompen un sinfín
de fronteras para salir adelante
a saborear tus riquezas y tu belleza
descargas entre enchiladas, pastelitos,
panes rellenos, cuajada y queso!
¡Ay, loroco de mi vida!
¡Eres mi vivir y mi estruendo!
Te puedo comer todos los días
Mas de ti: ¡nunca me aborrezco!
Pues... ¿quién soy yo sin ti?
Es más, ¿de dónde vengo?
¡Oh, loroco fino y hermoso
que adornas el casamiento
con tu aroma de ninfa,
con tus aguas de cielo!
Dime: ¿quién soy yo sin ti?
¿qué es lo que pienso?