¿Estás conmigo?
¿Puedes oírme?
Estoy tocando tus labios con cada letra de mi nombre,
escondiendo entre sus sílabas el eco de tu voz...
¿Estás conmigo?
¿Puedes sentirme?
Estoy dibujando sobre tus hombros un paraíso
con tu pelo mientras algunas gotas de sudor
resbalan por tu espalda cual lluvia en un paisaje otoñal...
¿Estás conmigo?
Escucho la memoria de mis dedos que habla
acerca de tu cuerpo...
Narra las aventuras de cosquilleos hasta el amanecer,
de las veces que recorría el páramo firme que
servía de ruta para llegar hasta la gruta donde
se originaba esa verbena emocional...
¿Puedes oírme?
Porque solo quiero decirte;
si alguna vez la oscuridad se apoderó de mi alma,
tu amor sirvió como luz, aún a día de hoy
sigue siendo la panacea para las largas noches de pánico,
de pánico impreciso por el futuro que se hace presente
en cada dirección a la que vayan mis pasos,
porque vaya a donde vaya tú seguirás siendo la ruta,
la ruta de escape para lo infame de este mundo.