Si he tenido disgustos y rencores,
deseo te quedes sin cargo de conciencia.
En la vida, todo vale.
Cuando se reciben ofensas, chocan,
desmoralizan anímicamente, destruyen.
Pero ya me he prometido,
en lo posible, dejar algo de lado
mi extrema sensibilidad.
He aprendido a perdonar.
También yo he tenido
muchas veces que pedir perdón.
Sólo a Dios lo pedía.
Pero... Él siempre perdona.
En más de una oportunidad
he querido imitarlo.
No estoy seguro haber logrado.
Lo que sí puedo decirte,
es que siempre lo he amado.
Porque siempre está a mi lado.
A través de sus enseñanzas,
he aprendido a perdonar.
A ti, que tanto daño me has hecho.
Pero... ya en mí ha quedado en el olvido.
Me siento en paz.
Y también me siento feliz,
al saber que tengo don
de saber perdonar.
Y el de pedir perdón
cuando soy consciente
de haberme equivocado,
u ofendido.
En esta única vida,
debemos comprendernos mutuamente.
Y si no hay comprensión,
existiendo ofensas y comportamientos
que no corresponden ser...
saber perdonar es un privilegio.
El mal que me has hecho,
olvidado está.
Saber perdonar...
Te perdono.
No sé qué ha de pasar
en el futuro.
Tal vez, sea yo el que tenga
que pedirte perdón.
Autor: Hugo Emilio Ocanto
25/05/2016