Dirás lo que me toca talar para que cimbre
el álamo que un día sopló como galerna
y tuve pleno amor, la luz de la lucerna,
atmósfera de alegros de tan sonoro timbre.
En este lecho antiguo de muy preciado mimbre
en vilo permanece mi Luna sempiterna
a espera de tus manos…que maja la encuaderna
sin rollos ni madejas ni dédalo ni urdimbre.
¡Encuentro cariñanas, abrigo en tu chaleco,
reservas de tus lirios que un cofre bello guarda:
aquel de muchos nácares y perlas de los Dioses!
¡Por eso que reclamo tu estampa y grácil eco,
en esta casa azul por ti mi pecho aguarda
y espero fénix mío…mi vida la sonroses…!