Poesía que silente,
en mi triste ocaso llegaste,
tocando a mi puerta,
furiosa mariposa demoraste.
Amiga fiel en mi regazo,
ahora siento, medito y pienso,
poesía mía, eres mi guía,
en ti siento el Chimborazo.
¡Cuanto lamento!
no haberme casado contigo,
si fuiste de mi corazón testigo,
de mi fuego, apasionado abrigo.
En mi juventud de diosa,
roca piedra preciosa,
culpable fuiste de mis desvaríos,
e inmortal estrella amorosa.
Pero deseche la gloria,
de una vida junto a ti,
no fui parte de tu glamorosa historia,
y perdí el tiempo de los tiempos.
Vuelos una vez pasados,
son recuerdos olvidados,
de ese fugaz tesoro alimentado,
que cerca de la muerte añoro.
¡Oh poesía!
¿Porque llegas tarde?
tan tarde a mi vida,
a darme tu placer constante,
a demostrarme, que no estoy vacía.
¡Poesía mía!
eres leche, eres alegría,
brotando de mi seno ardiente,
en mis noches frías,
¡te bendigo!
Hoy, en mi delirio,
no he de dispensarte, métrica ni rima,
sino el fluir sencillo de mi mente,
sin que nada medie el pensamiento
originario y puro,
decir al mundo, ¡cuanto te amo!
¡te lo juro!
Raquelinamor
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Venezuela/2016